
Por Luis Pazos
CISLE
Cuando regresaba de la escuela -cursaba el 6º de primaria-, me gustaba ir a platicar con un vecino, líder obrero en los muelles de Veracruz. Era costumbre, en aquel tiempo, que las personas sacaran un sillón a la banqueta frente a su casa para refrescarse, ahí platicábamos. Ese líder obrero, que vivía en una casa de madera, era un socialista de buena fe. Reconocido por su honestidad.