Por Roberto Cachanosky
La decisión de cancelar nuestra deuda con el FMI no soluciona los graves problemas de inseguridad jurídica y de reglas de juego poco claras, principales razones que impiden el crecimiento de la inversión productiva que el país precisa
Cuando ayer a la tarde Kirchner dijo que se le va a pagar por anticipado toda la deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), el Salón Blanco tronó en un aplauso. Inmediatamente me hizo acordar a Rodríguez Saá recibiendo un cerrado aplauso cuando anunció que dejábamos de pagar la deuda. Exactamente la situación inversa -uno anunciando que no pagaba y otro anunciando que le paga todo al FMI- pero que refleja un mismo comportamiento: creer que la seguridad jurídica, las reglas de juego claras y el ambiente de negocios se crean con artilugios financieros. En un caso no pagando y en el otro utilizando las reservas que respaldan la base monetaria y los pasivos de corto plazo del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
La tilinga dirigencia política argentina es así. Aplauden cuando no se paga y aplauden cuando se paga por anticipado. La realidad supera la ficción.
Kirchner todavía no se dio cuenta de que el problema no es el FMI, sino su ideología de confrontación, la inseguridad jurídica, la imprevisibilidad de los actos de gobierno.
Kirchner cree que si se saca al FMI de encima va a poder hacer lo que quiera desde el punto de vista económico. Y la verdad es que se equivoca, porque si las propuestas del FMI pueden parecerle duras, las leyes económicas son mucho más severas. Por ejemplo, ¿acaso cree Kirchner que, por no tener deudas con el FMI, puede emitir moneda en cantidades industriales sin que se produzca inflación? ¿Cree Kirchner que por no tener más deuda con el FMI puede no ajustar las tarifas de los servicios públicos sin pagar las consecuencias del consumo del stock de capital? ¿Piensa Kirchner que al pagarle todo al FMI van a llover inversiones en la Argentina con la inseguridad jurídica que nos agobia?
¿Qué implica esta medida en términos económicos? Según Kirchner, se van a cancelar, antes de fin de año, U$S 9.810 millones. Si las reservas que tiene el BCRA en este momento son de U$S 26.700 millones, quiere decir que, luego del pago, bajarán a unos U$S 17.000 millones. ¿Qué pasivos tiene el BCRA? Al momento de redactar esta nota, los pasivos son: a) 55.158 millones de pesos de base monetaria (pesos en circulación más encajes de los bancos en el BCRA), y b) 31.760 millones de pesos en pasivos de corto plazo (bonos y pases). En total, la deuda de corto plazo que tienen que respaldar las reservas suma 86.917 millones de pesos.
Si uno ve cuál es la relación actual entre reservas y pasivos del BCRA, llega a la conclusión de que cada dólar que hay en las reservas respalda 3,25 pesos de pasivos. Pagándole al FMI esa relación sube a 4,90 pesos.
Y aquí viene un tema muy importante. Kirchner no advirtió que el BCRA tiene que tener una buena cantidad de dólares para respaldar sus pasivos porque las locuras inflacionarias del pasado hacen que la gente no confíe en la moneda que emite el Estado argentino. Lo que ha hecho Kirchner es, por satisfacer sus deseos de anuncios populistas, degradar ese respaldo y hacernos creer que la seriedad de las instituciones jurídicas políticas y económicas de la Argentina respaldarán parte de los pesos en circulación.
Kirchner se ha metido en un lío fenomenal. Y el lío no es porque se saque de encima al FMI, organismo al que personalmente le tengo muy poco respeto, sino porque ha creado las condiciones para que, ante el más mínimo chispazo económico o político, se produzca una gran corrida cambiaria que será imposible de detener.
Kirchner se dio el gusto de decir que le paga todo al FMI. De lo que no parece estar consciente es de que ahora será él el que tendrá que asumir los costos de los errores que cometa, porque, habiéndole pagado al FMI, ¿a quien podrá echarle la culpa de nuestros problemas? © www.economiaparatodos.com.ar