Por José Luis Tapia Rocha
Lima, Perú
Diario La Primera
El bombardeo de encuestas más la guerra sucia del APRA señalan una tendencia: los outsiders son una opción presidencial que no se puede descartar. Y no hace falta ser gurú para darse cuenta que la subida de Martha Chavez a 4% a nivel nacional y la aparición de “Piter” Koechlin en las encuestas demuestra la volatilidad de las preferencias del electorado. Más del 60% no tiene decidido su voto, y nada puede ser más cierto, que ese núcleo duro que va votar por Ollanta Humala, García Pérez, Paniagua, y Lourdes Flores sigue siendo frágil. Por que el electorado ya está percibiendo que la dinámica política esta entrando en una fase donde los casos de corrupción, acusaciones, insultos, videos, audios y testigos se esta incrementando aceleradamente y no sería nada raro que se vuelva a repetir el efecto Fujimori del noventa.
Es decir, Lourdes Flores no puede cantar victoria, ni sus asesores pueden decir que hay consistencia en el voto. Ese 30% conseguido últimamente se lo puede llevar rápidamente el viento tan pronto como Lourdes salga envuelta en los líos que le están preparando sus adversarios. Al ritmo como crezca la desesperación de García y Ollanta por llegar el poder, los últimos 30 días de campaña será un “politicidio” para los primeros de las encuestas. Probablemente no haya forma de evitar esto, salvo que vean al Pacto Ético Electoral como su tabla de salvación.
Humala es un militar retirado que tomó el nacionalismo como carga emotiva para lanzarse contra los políticos tradicionales. Se puede ser nacionalista sin ser estatista -como señala el profesor Huerta de Soto- poniendo por delante el gobierno limitado y el mercado libre que detestan los políticos tradicionales en Perú.
En las semanas que vienen puede esperarse alguno de los outsiders suba sostenidamente, pero dependerá mucho cómo los candidatos tradicionales encaran la guerra sucia que se avecina.