Por Adela Soto Álvarez
PayoLibre
El 28 de enero del 2006 se cumplen 153 once años del nacimiento de nuestro apóstol José Julián Martí y Pérez, una de las más distinguidas figuras de nuestro país, Cuba.
Martí nació en Ciudad de La Habana en el año 1853, hijo de Don Mariano Martí y Doña Leonor Pérez.
Escritor, poeta, periodista, orador, maestro, en fin, un hombre de basta sabiduría. Vivió en el exilio en España, Estados Unidos y otros países de Latinoamérica, a causa de sus actividades independentistas, y murió en combate enfrentando las tropas españolas el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, región oriental en la isla.
Quien conoce la obra martiana y de una forma u otra ha sido fiel a su legado, puede apreciar cuanta cubanía y deseos de libertad existen en ella. Por eso conociendo a profundidad la represión que se acrecienta en Cuba contra la oposición y entre estos los Bibliotecarios Independientes, quienes su único delito es luchar porque se respeten la diversidad y la lectura sin censura, recordamos su pensamiento y nos sentimos una vez más inclaudicables defensores de la libre expresión de las ideas.
En la obra de nuestro apóstol, no se puede separar su lucha por la independencia de nuestra patria, así como por la libertad de expresión. No existe una sola página donde no esté presente el sacrificio y las ansias librepensadoras, y en las siguientes tendencias podemos apreciarlo cuando dijo:
“De andar ente libros, se llega a tener su color y sabiduría. La lectura estimula, enciende, aviva, y es como soplo de aire fresco sobre la hoguera resguardada, que se lleva las cenizas y deja al aire el fuego. Quien sepa de letras será justo. Los libros que definen, calman. Saber leer es saber andar.
“Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía. La libertad y la inteligencia son la natural atmósfera del hombre, sin aire la tierra muere, sin libertad y sin aire propio y esencial nada vive. El pensamiento mismo tan intangible y expansivo sin libertad se recoge afligido, como el alma de una niña pura a la mirada de un deseador de oficio. La libertad es la condición ineludible de toda obra útil. Sólo la libertad trae consigo la paz y la riqueza.”
¡Cuantas sabias palabras, cuantos principios filosóficos y optimismo por el presente y futuro! Con su mirada penetrante ahonda en lo invisible y nos aconseja como ganar la libertad y nuestros derechos.
Arduo combatiente en contra de la tiranía siempre estuvo con la frente en alto, por eso hoy es y debe ser siempre para todas las generaciones que sufrimos atados por las mismas cadenas un ejemplo.
Estos sabios pensamientos nos enseñan e impulsan día a día a no permitir que nuestros hermanos continúen expuesto al escarnio público por luchar por la libertad que se merecen.
Nuestro apóstol y maestro no murió en vano, hoy en el 153 aniversario de su natalicio honremos sus palabras siendo cada vez más humanos, y luchemos incansablemente llevando como consignas sus versos sencillos cuando dijo:
Oculto en mi pecho bravo /la pena que me lo hiere/el hijo de un pueblo esclavo/vive por el /calla y muere/