Por Peter Mandelson
Chile ha sido un firme defensor del régimen comercial liberal y transparente desde hace más de dos décadas.
Las sucesivas oleadas de reformas progresivas han supuesto un fuerte crecimiento económico y un incremento de la presencia chilena en el comercio internacional. Si bien aún persisten muchos de los desafíos del desarrollo, ha logrado desmentir a los antiglobalistas que decían que el libre comercio era perjudicial para América Latina, y al hacerlo ha sacado de la pobreza a centenares de miles de personas.
En la última década Chile ha ascendido a las primeras filas de los exportadores agrícolas más competitivos del mundo, y la reforma unilateral está ayudando a construir un fuerte sector industrial. Chile, que posee uno de los regímenes con aranceles exteriores más bajos de América Latina, es un protagonista fundamental del grupo de las 20 economías emergentes. En estos 20 años de crecimiento, las exportaciones chilenas a la Unión Europea se han quintuplicado. En 2002 se dio un paso que resultaba obvio desde muchos puntos de vista, al celebrar uno de los acuerdos de libre comercio de mayor alcance jamás firmados.
Estamos empezando ahora a hacernos una idea de los beneficios derivados de esta decisión. La UE es hoy el primer destinatario de las exportaciones de Chile: aproximadamente uno de cada cuatro contenedores que salen de Chile es enviado al mercado europeo, mientras que uno de cada cinco contenedores que llegan a Chile procede de Europa. La UE es también el principal inversor mundial en Chile, así como una fuente primordial de capital extranjero. La competencia abierta con nuestras compañías fortalece a las empresas chilenas. Hemos cimentado una relación histórica y comercial para el futuro.
Esta asociación tiene ahora la oportunidad de sentar las bases del futuro crecimiento, comprometiéndose firmemente a concluir con éxito la Ronda Doha de negociaciones de la OMC. Mediante éstas, Santiago espera que el mundo desarrollado reduzca las subvenciones agrarias que distorsionan el comercio. Como parte de las negociaciones de Doha, la UE propuso finalizar todas sus subvenciones agrarias a la exportación para 2013, y reducir sus subvenciones que distorsionen el comercio, lo que supone una verdadera revolución en política agrícola comunitaria. La Unión Europea y Chile necesitan que se lleve a cabo una reforma en esta materia equivalente en EE.UU., que todavía no ha ofrecido garantías firmes de que disminuirá sus ayudas distorsionadoras del comercio a los agricultores que compiten con los de Chile.
Chile también se beneficiará de nuevos accesos al mercado en la Ronda Doha. La UE ha ofrecido nuevos y amplios accesos en este sentido. Por ejemplo, en el sector de la carne de vacuno hemos aumentado hasta 800.000 nuevas toneladas anuales, el equivalente a la totalidad de las exportaciones de carne de vacuno de Argentina. A cambio, hemos solicitado nuevos accesos para la inversión y las exportaciones industriales europeas a mercados emergentes fundamentales, como Brasil y la India. Este tipo de concesiones mutuas harán posible el éxito de la Ronda de Doha.
La Unión Europea no está pidiendo que los países en desarrollo hagan concesiones equivalentes a las nuestras. Reconocemos las diferencias existentes entre lo que las naciones desarrollados y en desarrollo pueden "pagar" en la Ronda de Doha. Pero, tal como el Presidente Lula de Brasil señaló en Londres hace tres semanas, el éxito de Doha requiere de que cada miembro de la OMC efectúe una contribución que se ajuste a su capacidad. Confiaremos en la labor de mediación y en la diplomacia chilena, especialmente en el grupo G-20, para ayudar a desarrollar la voluntad política de todas las partes de dar este paso final. Creo que todas las partes perderíamos demasiado si nos apartáramos ahora de este ambicioso objetivo.
La Unión Europea y Chile tienen mucho de qué enorgullecerse a la hora de evaluar su relación comercial. Hemos demostrado que la distancia no constituye un obstáculo para un comercio libre y floreciente. Ahora necesitamos que esta fructífera colaboración se concrete en la conclusión con éxito de la Ronda de Doha.
Peter Mandelson es Comisiario de Comercio de la Comisión Europea