Por Andres Oppenheimer
El Nuevo Herald
BOGOTA, Colombia -- Parece una ironía, pero sólo 16 meses después de que los diez presidentes de los países más grandes de Sudamérica firmaran una solemne declaración proclamando el nacimiento de la Comunidad Sudamericana de Naciones, que se suponía iba a ser un bloque similar a la Unión Europea, la región está más dividida que nunca.
Mientras Argentina y Uruguay están atravesando por el peor conflicto de su historia reciente por una disputa en torno a dos fábricas papeleras en Uruguay, que según los argentinos contaminarán la frontera, y en momentos en que Chile y Bolivia todavía no tienen relaciones diplomáticas por un conflicto territorial de más de un siglo, la decisión sorpresiva del presidente venezolano Hugo Chávez la semana pasada de retirarse de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) ha generado una avalancha de acusaciones mutuas pocas veces vista en América del Sur.
En lugar de la Comunidad Sudamericana de Naciones anunciada con bombos y platillos en Cusco, Perú, en la cumbre del 9 de diciembre del 2004, que uniría por primera vez a la CAN y el Mercosur en un solo bloque, Sudamérica se ha convertido en una región al borde de la ruptura política y económica.
El 19 de abril, Chávez anunció la decisión de Venezuela retirarse de la CAN --integrada por Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia-- debido a la decisión de Colombia y Perú de firmar tratados de libre comercio con los Estados Unidos. Chávez dijo que Colombia y Perú serán inundados por productos --supersubsidiados-- de Estados Unidos, lo que supuestamente afectaría a las exportaciones venezolanas a esos países.
Chávez dijo que se alineará con el Mercosur, el mercado común del Cono Sur encabezado por Brasil y Argentina, que no tiene tratados de libre comercio con Washington. Simultaneamente, Venezuela, Cuba y Bolivia anunciaron ayer que firmarán un Tratado de Libre Comercio de los Pueblos en Habana, Cuba, el sábado 29 de abril.
El retiro de Venezuela de la CAN cayó como un balde de agua fría en Colombia, que exporta $2,100 millones al año a Venezuela bajo el acuerdo subregional. Ahora que Venezuela se retiró de la CAN, la exportaciones colombianas a Venezuela estarán a merced de los caprichos políticos de Chávez, dicen los empresarios colombianos.
El presidente colombiano, Alvaro Uribe, exhortó a Venezuela a ''no quedarnos estancados en debates ideológicos sobre modelos''. Señaló que Chávez vende 1.5 millones de barriles de petróleo diarios a los Estados Unidos, y que por lo tanto Venezuela debería permitir que sus vecinos puedan entrar al mercado de los Estados Unidos, ``como lo hacen ellos con su petróleo''.
Entretanto, el presidente de Bolivia Evo Morales, un aliado cercano de Chávez, entró al ruedo diciendo que el presidente peruano Alejandro Toledo ''traicionó no sólo a los indígenas de Peru, sino a toda América Latina'' al firmar el tratado de libre comercio con los Estados Unidos.
En una entrevista telefónica el martes, Toledo me dijo que ''yo no permito que nadie me chantajee'', sugiriendo que Venezuela --apoyada por Bolivia-- ha renunciado a la CAN para crear una crisis que busca obligar a Perú y Colombia a que anulen sus respectivos acuerdos comerciales con Washington. En una aparente referencia al presidente boliviano, o a sus declaraciones, Toledo dijo que ``yo no soy súbdito de nadie más que de mi pueblo''.
''Si hay algunos países que por bendición de Dios tienen petróleo u otros productos, y no necesitan mercados, es mucha suerte para ellos. Pero lo que no pueden hacer ellos es secuestrar a los países importadores de petróleo, que necesitan generar puestos de trabajo para los más pobres, y que necesitan mercados'', me dijo Toledo.
Mi conclusión: la megalomanía de Chávez es directamente proporcional al precio del petróleo, y los precios del petróleo se han disparado de $8 por barril al comienzo de su gobierno en 1999 a un récord de $75 por barril la semana pasada. Su decisión de dejar la CAN fue puramente política, ya que Venezuela exporta muy pocos productos no petroleros que pueden ser afectados por acuerdos de Perú y Colombia con los Estados Unidos.
Además, puede que Chávez esté buscando sabotear un planeado tratado de libre comercio de la CAN con la Unión Europea, que podría quedar casi completo en la próxima Cumbre de Europa y América Latina que se realizará en Viena, Austria, el 12 y 13 de mayo.
El presidente peruano será el nuevo presidente de la cumbre Europa y América Latina, y Chávez podría querer evitar que Toledo se robe el espectáculo. Para eso, Chávez podría estar buscando el debilitamiento de la CAN con la retirada de Venezuela, y armando una ''contracumbre'' en la capital austriaca.
La gran ironía de todo esto es que Venezuela, que se autoproclama campeona de la integración sudamericana, está causando las mayores divisiones en la historia reciente de la región.