Por Alberto Benegas Lynch (h)
Las consideraciones, reflexiones y documentaciones de Anthony Gregory del Independent Institute son excelentes y deberían ser leídas por todas las personas interesadas en la seguridad aérea. La politización de un tema tan delicado pone en riesgo a mucha gente desprevenida.
Agrego que , precisamente, la masacre del 11 de septiembre se pudo llevar a cabo en gran medida debido a la ley federal que prohibía a la tripulación estar armada a pesar de los descubrimientos y consiguientes propuestas de utilizar armamentos que no producían detonación ni significaban peligro para el pasaje en vuelo.
Tal como escribe Gregory, descentralizar los procedimientos y medidas precautorias en manos privadas no solo fortalece los incentivos sino que, en un proceso de prueba y error, permite descubrir los mecanismos mas efectivos. Hace una semana envié un artículo a Carlos Ball de AIPE titulado “Así, el terror gana” donde hago ese punto en forma mucho mas resumida puesto que la nota no se concentra en esa materia y apunta a un terreno mas amplio.
El interrogante que plantea Gregory sobre porque es tan confiable y contundente la eficiencia en temas de seguridad y las consiguientes medidas preventivas y disuasivas en tantos lugares privados y porque la nacionalización de la inseguridad en las aerolíneas a partir del 11 de septiembre, se debe responder en base a las recetas que ofrece el mismo autor. A esto deben adicionarse los inventos y patrañas de los aparatos políticos para seguir con sus esquemas orwellianos, lo cual sería filtrado por los propietarios de las líneas aéreas de acuerdo con su clientela