Por María Elena Salinas
Diario Las Americas
Tradicionalmente la participación electoral para las elecciones intermedias es más baja que para las presidenciales, pero éste año las encuestas indican que los votantes están más motivados que en el pasado. El apoyo a la guerra en Irak está en su punto más bajo y el pueblo está desencantado --para ponerlo suave-- con el presidente George Bush y los republicanos que controlan el congreso.
Para los votantes latinos ese desencanto se extiende a la manera como nuestros legisladores han manejado el asunto de la inmigración. La pregunta es: ¿Están suficientemente molestos para salir a votar y de ser así cómo votarán?
Lo que si sabemos a ciencia cierta es que el voto latino esta creciendo a pasos agigantados y podría hacer la diferencia en algunas contiendas claves. Según un estudio del Centro Hispano Pew existen en estos momentos 17 millones de hispanos aptos para votar, eso representa un 7 por ciento más que en el 2004. Aunque a nivel nacional representan tan sólo un 8.6 por ciento de todos votantes elegibles, los porcentajes son mucho más altos en estados como California, Nuevo México, Texas y Nueva Jersey.
Como en toda elección, la única manera de predecir remotamente cómo se comportará el electorado es echando una mirada a los sondeos. Entre los latinos las preocupaciones principales continúan siendo empleos, economía, educación, la guerra en Irak, el “medicare” y el cuidado de la salud. Aunque inmigración no está entre los primeros cinco, es simbólicamente un tema importante.
Los votantes latinos son ciudadanos estadounidenses y no tienen problemas migratorios, pero muchos sienten que los ataques en contra de los inmigrantes van en contra de sus padres, hermanos, primos, amigos o vecinos. Entre los cientos de miles que participaron en las marchas durante la primavera, había muchos residentes legales y ciudadanos. Muchos cargaron carteles que decían: “Hoy marchamos, mañana votamos.”
Una encuesta de Democracy Corps entre votantes latinos a comienzos de junio mostró que después de las marchas, el 62 por ciento de los votantes latinos sentía más simpatía hacia los inmigrantes indocumentados. Como resultado, un 56 por ciento dijo que no votaría por un candidato republicano debido al tema migratorio. Según otra encuesta más reciente de Latino Policy Coalition, ocho de cada 10 votantes latinos dijeron que los temas migratorios si son importantes a la hora de decidir por quien votar.
Pero existen otros factores a considerar que tal vez hagan más difícil predecir la relación entre el voto latino y el tema migratorio. 75 por ciento de los votantes latinos son ciudadanos nacidos en Estados Unidos y cerca de una tercera parte de ellos están preocupados por el creciente número de inmigrantes. Por otra parte, desde el 2004, se ha incrementado en un 28 por ciento la cifra de ciudadanos naturalizados aptos para votar y se cree que estos nuevos votantes están más motivados para salir a votar ya que seria su primera oportunidad para hacerlo. Los ciudadanos naturalizados se inclinarían más contra posturas de la línea dura acerca de inmigración.
Es muy temprano para saber si las campañas para el registro masivo de votantes por parte de organizaciones cívicas hispanas han sido efectivas, pero existe preocupación entre varios grupos defensores de los derechos de los inmigrantes de posible intimidación a los votantes latinos. Se basa en una carta en español que fue enviada en el condado Orange, en California, hace algunas semanas, diciendo que es ilegal para los inmigrantes votar y advirtiendo que podrían ir a la cárcel o ser deportados. La carta advirtió además que el gobierno federal usa un sistema de datos computarizados para escrutar a los votantes. Por supuesto los inmigrantes pueden votar tan pronto como se hagan ciudadanos.
Con tantos candidatos republicanos en todo el país utilizando el tema migratorio como táctica para infundir temor en sus campañas políticas, los resultados de las elecciones intermedias no sólo nos dirán como responderán los votantes latinos sino también si el pueblo norteamericano apoya la línea de fuertes ataques contra los inmigrantes.
Maria Elena Salinas es autora del libro “Yo soy la hija de mi padre: Una vida sin secretos.” Conéctese a www.mariaesalinas.com
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