Por Guillermo Arosemena Arosemena
El Expreso de Guayaquil
Desde la creación del capitalismo se han dado tres revoluciones: la primera Revolución Industrial, iniciada en el siglo XVIII; la segunda Revolución Industrial, que comenzó en Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX y la Revolución de la Información y Comunicaciones, que también se originó en este último país, a partir de los setenta. Todas ellas, revoluciones de ideas, innovación y tecnología, impactaron transformando favorablemente la vida de los seres humanos.
Fueron revoluciones de libertades, de permitir que las personas liberen sus mentes al máximo potencial para sacar de ellos la creatividad que ha permitido la producción de innumerables bienes y servicios en beneficio de la humanidad. Sin la invención de la refrigeración, Ecuador no hubiera podido exportar su banano, ni ningún bien perecible. Centenares de miles de personas no hubieran podido trabajar en el campo, sin la invención de la maquinaria y equipos agrícolas; todavía se estaría usando en Ecuador implementos inventados por los romanos, como cuando nos independizamos.
Las revoluciones comunistas y socialistas han servido para acallar las libertades y eliminar la iniciativa individual. Millones de personas fueron asesinadas por quienes ejerciendo el poder, trataron de imponer sus ideas a través de las armas y el terror. Entre los hombres más sanguinarios en la historia de la humanidad se encuentran Stalin, Mao Zedong y Castro, quienes fueron responsables de la muerte de mínimo 60 millones de personas. Pero ellos no son los únicos, hay otros, por ejemplo Pol Pot de Cambodia, quien asesinó a no menos de 2 millones de contrarios a su filosofía comunista.
Es muy penosa la confusión existente en ciudadanos de Ecuador y otros países, latinoamericanos, quienes por desconocimiento o mala fe repiten información equivocada o la tergiversan. Sostienen que el capitalismo es la causa de la pobreza en el mundo al asociarlo con la gente rica. Como se ha visto en la primera parte de este artículo, el capitalismo cumplió un rol totalmente diferente al que se sostiene, sirvió para disminuir la pobreza y dar oportunidades a la gente para mejorar su nivel de vida.
La semana que termina, Edmundo Phelps, recientemente ganador del premio Nobel en Economía, escribió un artículo para el Wall Street Journal bajo el nombre de Capitalismo Dinámico, para describir la fertilidad de la economía porque ese sistema permanentemente genera ideas innovadoras que son tecnológicamente posibles de convertirse en bienes y servicios y además demuestra el talento humano para producir innovaciones exitosas. El sistema de libre mercado está estructurado de tal forma que facilita y estimula ese dinamismo, que no se da en el socialismo. Es la extraordinaria capacidad de transformar la economía lo que permite niveles tan elevados de productividad, herramienta la más poderosa para mejorar el nivel de vida. Esto explica el estancamiento de países como Francia, Alemania e Italia.
Son abrumadoras las evidencias históricas y actuales de los beneficios de la economía de mercado; sin embargo, el pensamiento de izquierda no admite esa realidad, haber sido y continuar siendo la herramienta más eficaz para disminuir la pobreza. El Banco Mundial hizo un estudio comparando el progreso humano de los últimos 50 años, para lo cual utilizó el Índice de Desarrollo Humano. La media actual es muy superior a la de 1950; en salud, educación e ingresos, el mundo ha mejorado notablemente.
Entre el 2000 y 2005, la economía mundial creció 15 billones de dólares (equivalentes a 15 trillones estadounidenses), valor que representa el producto interno bruto de China durante más de 10 años. Nunca antes en la historia de la humanidad han existido tantos países con crecimiento económico sostenido superior a 6% anual, en economías que usan total o parcialmente el sistema capitalista.
La gran ironía de la izquierda es que disfruta de los bienes inventados por el capitalismo. En Ecuador, gracias a la inventiva capitalista, la población ha comprado más de 7’000.000 de teléfonos celulares y por primera vez pueden estar permanentemente conectados con sus familiares o relaciones comerciales; anualmente adquieren 80.000 automóviles, que les permiten transportarse más rápido y con mayor seguridad; compran decenas de miles de refrigeradoras, cocinas y unidades de aire acondicionado, para vivir con mayor dignidad, etc. Todos esos beneficios contribuyen a incrementar el nivel de vida de los ecuatorianos.
Recientemente Globalsacan, prestigiosa investigadora de mercado internacional, hizo una encuesta en 20 países, preguntando si el sistema de libre mercado y empresa, es el mejor sistema económico para basar el futuro del mundo. Los países asiáticos creen más en el capitalismo que los latinoamericanos, China ocupó el primer lugar con 74%, seguido de Filipinas, 73%; Corea del Sur e India, ambos 70% . En Estados Unidos, 71% respondió favorablemente. En México, 61%; Brasil, 57% y Argentina,42%.
Muhammad Yunus, quien recientemente ganó el premio Nobel de la Paz, por su labor en el microcrédito, afirmó que a él no le preocupaba que la gente se haga rica, lo que no podía aceptar es que se haga más pobre y que la caridad creaba dependencia, lo que impide usar la energía del ser humano a ser creativos. Lula, quien fue reelecto presidente de Brasil, en su primer discurso después de la victoria, comentó que primero hay que hacer crecer la economía para luego pensar en mejorar la distribución de la renta. En Ecuador, los izquierdistas sueñan con repartir pobreza.