Por Carlos Alberto Montaner
El Nuevo Herald
Chávez le va a enviar cuarenta plantas eléctricas auxiliares a su amigo Daniel Ortega. Son pequeñas e ineficientes, pero ayudarán a mitigar los apagones que sufren los nicaragüenses. Suministrarán energía a precios subsidiados por los venezolanos. Las plantas llegarán desde Cuba, donde dejan de cumplir una misión similar. Con las plantas, Chávez le remitirá petróleo al líder sandinista, y seguramente le abrirá una generosa línea de crédito. El gobierno cubano, por su parte, ofrecerá médicos, operaciones de cataratas, sistemas de alfabetización, y unos señores que enseñan a dar saltos con garrocha o a jugar béisbol. Con esos elementos, Daniel Ortega comenzará a aumentar su base de apoyo popular. A principios de enero asumirá el poder con un 60 por ciento de la población en contra, pero se dispone a remontar este inconveniente tejiendo rápidamente una clientela electoral que en el futuro le devolverá en las urnas los bienes y servicios que pueda entregarle.