Por Ramón Parellada
Siglo XXI
En Estonia los salarios aumentaron 265% después de adaptar un impuesto de tasa única.
Uno de los impuestos que más daño causa a los pobres es el que conocemos como Impuesto Sobre la Renta (ISR). Este impuesto debería llamarse Impuesto a los Rendimientos de Capital, ya que mientras mayor sea el rendimiento de capital, mayor es el porcentaje de impuesto que hay que pagar.
Es un castigo a los más eficientes y mejores pero, además, es un golpe duro a los más pobres porque ven reducidas las oportunidades que provienen de lo que queda, luego de pagar este impuesto.
El análisis económico es, a mi juicio, sumamente lógico cuando se dice que el ISR debería eliminarse porque daña a los más pobres. Mientras mayores sean las ganancias, mayor será el porcentaje que hay que pagar y, por lo tanto, menor cantidad queda a disposición de nuevas inversiones. Estas son las inversiones que generan las oportunidades de trabajo que permiten a los desempleados encontrar un trabajo y a los que ya están trabajando tener algún aumento en su salario.
La demanda de trabajo (me refiero a la generación de puestos permanentes de trabajo) depende de la cantidad de capital que se invierta. Mientras más fábricas y empresas se formen, mayores oportunidades tendrán de encontrar trabajo quienes no lo tienen. Además, estas nuevas fábricas y empresas tendrán que competir para conseguir buenos trabajadores, por lo que presionarán los salarios existentes hacia arriba.
La revista National Review, en su edición del 19 de marzo de 2007, hace un comentario contra la progresividad de los impuestos utilizando datos reales de cómo en Estonia los salarios, en promedio, aumentaron en 265%, apenas cinco años después de haber adaptado un impuesto de tasa única (Flat Tax).
El Impuesto de Tasa Única sigue siendo un impuesto al rendimiento de capital, o sea el ISR, pero en vez de tener la progresividad en sus tasas (a mayor base, mayor porcentaje) se adopta una sola tasa, es decir, se elimina la progresividad y se convierte en proporcional (misma tasa a cualquier base). Por supuesto que Estonia adoptó otras medidas económicas que liberaron la economía y permitieron su despegue.
Lo interesante del comentario es que los países que adoptaron el sistema de tasa única lograron un crecimiento sustancial, como Estonia, en el nivel promedio de salarios, mientras otros países de la región que siguieron con su sistema de progresividad impositiva apenas lograron un aumento de aproximadamente el 8% después de cinco años de que sus vecinos hicieron el cambio.
Esta evidencia contribuye a demostrar lo nefasto de la progresividad del ISR en las tasas y cómo, en realidad, no es verdad que el Impuesto Sobre la Renta sea el impuesto a los ricos o contra los ricos, sino es un gravamen que daña a los más pobres. Lamentablemente, el alcance del comentario queda en que la progresividad del impuesto es dañina a los más pobres, pero no dice nada del ISR.
Yo me pregunto: ¿qué hubiera pasado si alguno de estos países hubiera eliminado el Impuesto Sobre la Renta en vez de haber adoptado un Flat Tax? Estoy seguro de que el despegue económico y el aumento promedio de los salarios hubiera sido mucho mayor. Basta con ver cómo surgen empresas y empleos en zonas francas donde no se cobra este impuesto y cómo algunos países, para atraer grandes inversiones, las exoneran de éste y otros tributos. Si este factor es tan importante para el desarrollo económico, ¿por qué seguimos queriendo aumentar los impuestos y por qué insistimos en el ISR progresivo?