Por Maura Webber Sadovi y Serena Saitto
The Wall Street Journal
El mercado de bienes raíces en Buenos Aires comienza a atraer a los inversionistas extranjeros. Esto sucede en un momento en que la economía argentina se recupera de la crisis de la devaluación del peso que golpeó el sector de alquileres e incrementó la disponibilidad de oficinas en 2001.
Hasta hace poco, los inversionistas fuera de Argentina no estaban convencidos. Ahora, un puñado de compañías ha mostrado interés en comprar y desarrollar propiedades comerciales en Buenos Aires y otras partes de Argentina. El país se considera atractivo debido a que las vacantes de oficinas Clase A han bajado de 27% en 2002 a cifras de un sólo dígito. Además, el Producto Interno Bruto se expandió 8,5% en 2006.
Se calcula que los inversionistas institucionales extranjeros se han comprometido a invertir cerca de US$200 millones en el mercado de bienes raíces argentino en los últimos 12 meses, frente a menos de US$60 millones en el mismo período del año anterior, según Shannon Robertson, directora de operaciones para América Latina de la firma de servicios inmobiliarios Jones Lang LaSalle. "Acabamos de aparecer en el radar", dice Robertson, anotando que la mayoría de inversiones se ha realizado en la región de Buenos Aires.
Aunque los cálculos varían, el volumen de transacciones palidece en comparación a los más de US$1.500 millones que los inversionistas extranjeros colocaron en el mercado inmobiliario mexicano en 2006. Una limitación es que Argentina es vista como un mercado más reducido, con una población de 40 millones de habitantes frente a los casi 110 millones de México. Otro factor en su contra es la histórica volatilidad política de Argentina.
El presidente Néstor Kirchner, quien está a punto de concluir su mandato, ha presidido sobre un período de fuerte crecimiento económico, pero los críticos dicen que no ha logrado mantener a raya la inflación. Este año, la tasa oficial de inflación del gobierno estará en torno a 9,8%, igual que el año pasado. Sin embargo, algunos economistas piensan que la inflación real es más alta. Los elevados precios han causado descontento, como la huelga de trabajadores del subterráneo que paralizó Buenos Aires a principios de este mes demandando sueldos más altos.
Aun así, Robertson dice que el incremento en las inversiones es notable. El volumen de acuerdos excede el de fines de los años 90, el último período de apogeo en ese país. Robertson atribuye parte de este avance al creciente apetito global por los bienes raíces como herramientas de inversión. Esto ha llevado a que muchas instituciones consideren invertir en mercados nuevos y emergentes como el de Argentina.
Un gigante que se lanzó al agua este mes es la división inmobiliaria del banco australiano Macquarie Bank Ltd. Macquarie invirtió cerca de US$3,5 millones en una participación en un proyecto que convertirá una antigua fábrica ubicada en el barrio Barracas de Buenos Aires en espacios de oficina. Una portavoz de Macquarie dice que la compañía también busca otras oportunidades en el mercado.
Las nuevas construcciones también han transformado Puerto Madero, una elegante área portuaria en la ciudad. En estos momentos se está construyendo un edificio de 37 pisos para la petrolera española Repsol YPF SA. La torre fue diseñada por Pelli Clarke Pelli Architects. Cesar Pelli, uno de los directores de la firma, nació en Argentina.
Alza minorista
El mercado minorista también se está expandiendo, parcialmente impulsado por inversiones de compañías como el gigante minorista chileno Cencosud SA. Más de 20 centros comerciales nuevos están en etapa de planificación o construcción por todo el país, según NAI Castro Cranwell & Weiss, una firma de servicios inmobiliarios.
Este vibrante mercado también tiene su lado negativo. La inflación está haciendo que mucha gente gaste dinero en vez de dejarlo en el banco, donde pierde poder de compra rápidamente, afirma Mónica Pérez Arias, gerente general de la Cámara Argentina de Centros Comerciales. "Las cosas se ponen más caras todos los días. No es la mejor situación para el país, pero para los centros comerciales es fantástico".