No saben poner un DVD. No bajan música de Internet. No acostumbran llevar un teléfono celular en la cintura y, si lo tienen, conocen apenas las operaciones básicas. No mandan mails y hasta el horno a microondas les genera problemas. Los “analfabetos tecnológicos” no existen, pero que los hay, los hay. Y no se trata únicamente de una cuestión de edades.
Las nuevas tecnologías irrumpieron con fuerza en la sociedad. De un momento a otro los avances tecnológicos invadieron diferentes ámbitos de nuestra vida. Pero a pesar de que la sociedad del siglo XXI es una sociedad tecnológica, todavía quedan colectivos marginados en un mundo que se mueve al ritmo del click.
“Hay gente particularmente idiota. Una chica llamó porque no sabía reiniciar la computadora. Después estuve al teléfono con una peruana joven aproximadamente 40 minutos explicándole cómo crear una cuenta de mail. No podes no saber esas cosas hoy. También hay llamados de gente mayor a la que le regalan la PC y quieren saber qué se puede hacer con ella y cómo se usa”, contó Juan (21) empleado del servicio técnico de una marca líder de computadoras y un evidente "hijo de la tecnología".
Fabio Tarasow coordinador del postgrado en Educación y Nuevas Tecnologías de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) definió al analfabeto tecnológico como aquel que “tiene incapacidad para utilizar las nuevas tecnologías de modo que pueda apropiarse de estas para mejorar su capacidad de trabajo, sus ingresos y en general su calidad de vida. Se trata de poder darle un significado, que le sirva para algo y así desarrollar una capacidad crítica”.
"Me compré un celular que tiene todos los chiches pero la verdad apenas lo uso para llamar. Nunca navego ni saco fotos ni nada...no sé hacerlo y no tengo ganas de ponerme a investigar. Aunque si lo hiciera podría usarlo como agenda y no cargar con la de papel", afirmó Nadia (25).
Marcos (23) es otro de los tantos que no se amiga con la tecnología. “No tengo cámara digital, ni mp3. Sólo compu y guitarra. Tengo una relación distante con la tecno. Soy pluma y papel pero reconozco que en algún momento voy a tener que acercarme porque la necesidad está creada”.
A su vez, este exponente de la llamada Generación X afirmó que le regalaron un celular hace dos semanas y que todavía no lo tocó pese a saber que se pierde de muchas cosas por estar incomunicado: “Me siento un poco afuera del sistema, desconectado. No me ubica nunca nadie. En ocasiones me parece que soy anormal”.
Para la licenciada en Ciencias de la Comunicación y especialista en Nuevas Tecnologías, Silvia Elizalde, “se trata de una nueva forma de exclusión social si pensamos que las tecnologías están armando la trama cultural y material de la sociedad contemporánea desde el momento que forman parte de nuestra vida cotidiana. Saber manejar tecnología es una forma de poder que da más posibilidades de desarrollo social y que hace la diferencia con aquel que no lo tiene y crea exclusión”.
Sin embargo, la especialista aclaró que “no es la tecnología la excluyente sino los usos sociales de la misma”.
“Hasta hace un tiempo no tenía casilla de mail pero no tuve más remedio que crearme una porque no podía hacer nada. Para la facu me resultaba imprescindible. La decisión la tomé cuando para una materia tuve que juntarme con 13 personas más para hacer un trabajo práctico y se votó que nos íbamos a manejar por mail. Yo nunca me enteraba de las reuniones y siempre me miraban con cara rara”, expresó Romina (27).
Para Tarasow los llamados “analfabetos tecnológicos” “quedan fuera de una gran riqueza que les brindan las nuevas tecnologías. Se quedan sin la posibilidad de opinar, de ampliar fuentes, evitarse traslados…muchas cosas podrían resolverse con tan solo un click”.