Por Alberto Benegas Lynch (H)
El País, Montevideo
Hay una noticia estimulante para el mundo libre. Se trata de un nuevo postulante que compite para la nominación a la presidencia en Estados Unidos. Como es sabido, en los últimos tiempos, los gobiernos de ese país se han apartado de los principios fundacionales que lo hicieron el más civilizado y progresista del planeta.
La deuda del gobierno central se incrementó al doble en los últimos diez años y en la actualidad representa el 70% del producto interno. La mitad de esa deuda está en manos de extranjeros, lo cual demuestra que el gasto gubernamental no alcanza a financiarse con ahorros locales. La administración Bush ha elevado el gasto público a un ritmo desconocido desde la época de Roosevelt (y la tasa anual en política militar es la más alta de los últimos 40 años). En el año 2017 los desembolsos para atender la mal llamada "seguridad social" serán mayores que todos los impuestos federales juntos.
Tal como lo anticipó Richard Clarke (asesor en temas de seguridad para cinco presidentes), la invasión "preventiva" a Irak estuvo basada en una colosal patraña que desembocó en una insostenible guerra civil y que nada tuvo que ver con los ataques criminales del 11 de septiembre de 2001. Además, para protegerse de la exterminación de las libertades individuales que pretende el terrorismo, el gobierno, basado en una grotesca ley denominada "patriota", se anticipa a liquidarlas a través de un sistema orwelliano de detención sin juicio previo, escuchas telefónicas e invasión al secreto bancario.
Celebramos que Ron Paul anunció su decisión de competir en las primarias para la presidencia en el Partido Republicano. Reiteradamente ha ganado una banca en el Congreso Federal y ahora, según US & World Report, lentamente está subiendo en las encuestas. Andrew Napolitano -ex juez de la Corte Suprema de New Jersey- comentarista de Fox News, sostiene que "el doctor Paul es el Thomas Jef-ferson de nuestra época". Este candidato propone establecer el patrón oro, abolir el impuesto a las ganancias, abrir las fronteras al librecambio eliminando subsidios, reducir el gasto estatal, eliminar las aventuras militaristas, retornar a los principios republicanos de gobierno y condena el aborto. Aunque hoy Ron Paul está ubicado último en las encuestas, constituye un motivo de satisfacción para los espíritus libres que mantienen su admiración por los cauces abiertos en su momento por los Padres Fundadores, al tiempo que esta candidatura vuelve a permitir que se aglutinen partidarios de la sociedad abierta. Todo esto es cierto aunque Paul finalmente no acceda a la presidencia en la nación que ha sido el baluarte del mundo libre.
En todo caso, estos acontecimientos generalmente sirven para producir corrimientos en el eje del debate, abrir signos de interrogación y despejar telarañas mentales. En la difundida publicación de Paul ("Freedom Report") se leen medulosos trabajos de investigación sobre las más diversas materias que revelan gran enjundia, tanto del candidato de marras como de los diversos colaboradores que provienen de las universidades más reconocidas.
Todos los que queremos a ese país y los que hemos vivido largos años en él, sabemos la inmensa generosidad y apertura para oír distintas ideas. Ciframos nuestras esperanzas en esto porque si algo le ocurriera a Estados Unidos, el resto del mundo entraría en un cono de sombra difícil de revertir.
