Por Jeffrey A. Trachtenberg
The Wall Street Journal
Ya sea en la Web, la TV o en el quiosco de la esquina, he aquí un titular que podría arruinarle el día a un amante de los libros: ¡Harry muere! O por descarte: ¡Harry vive!
Cuando la semana que viene se publique la última entrega de la saga de Harry Potter, de J.K. Rowling, con la que se revelará el final de la serie, es muy posible que los seguidores más fieles que no quieran que les agüen la fiesta del final de la trama tengan sólo dos alternativas: acelerar la lectura o la cuarentena.
"Eso es lo primero que todo el mundo va a querer saber y realmente espero que no salga a los cuatro vientos en cualquier tabloide", dice Melissa Anelli, propietaria de Leaky Cauldron, un popular sitio Web de afionados a la saga.
Harry Potter and the Deathly Hallows (aún sin título en español) tiene 784 páginas y saldrá a la venta en Estados Unidos, Reino Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica exactamente a las 12:01 de la madrugada de cada zona horaria del 21 de julio. La novela no estará disponible en español hasta el año 2008. Eso significa que un lector en Reino Unido podrá acceder al libro cinco horas antes que uno en Nueva York. Y la Web no sabe de zonas horarias. En teoría, los titulares sobre el final podrían estar disponibles en toda la red incluso antes de que el libro salga a la venta en EE.UU.
Scholastic Corp., la casa editorial que tiene los derechos de publicación en EE.UU., dice que no está preocupada. "La gente quiere leer (el final) por sí misma", dice Kyle Good, vocera de Scholastic.
Algunos medios ya han prometido guardar discreción. Leaky Cauldron, el sitio de aficionados, planea dirigir una página de discusión en vivo pero que estará claramente señalada para no pillar por sorpresa a los visitantes descuidados. "La gente va a querer discutir si le gustó el final, si está satisfecha", dice Anelli. Según ella, un mes sería tiempo suficiente antes de hablar públicamente sobre el final.
Desde un punto de vista de negocios, las minoristas no temen que una revelación prematura del final perjudique sus ventas. Su esperanza es que los aficionados quieran leer la novela aunque ya conozcan cómo acaba. "No se trata sólo de Harry", dice Ann Binkley, portavoz de Borders Group Inc., una cadena estadounidense de librerías. "Se trata de llegar al final, no del final en sí".
Si se confirma la muerte de Harry, eso supondría una señal de que la serie realmente ha acabado. Recientemente, Rowling sugirió que podría escribir otra entrega de Harry en el futuro.