Por Luisa Corradini
La Nación
PARIS.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, decidido a continuar con su "política de ruptura" hasta el final, anticipó que modificará el régimen laboral y reafirmó su intención de concretar la reforma del Estado, limitar la cantidad de funcionarios públicos, suprimir los organismos inútiles y reducir el presupuesto.
En un discurso pronunciado ayer ante los empresarios franceses, en el que delineó la segunda fase de su política económica, Sarkozy se declaró también a favor de un debate europeo sobre el euro y por una nueva política agrícola común (PAC).
"Creo en la independencia del Banco Central Europeo (BCE), en la utilidad del euro", afirmó Sarkozy en su discurso en la localidad de Jouy-en-Josas, vecina a París.
"Pero no aceptaré jamás que un tema tan importante no pueda ser objeto de diálogo [ ] como si la moneda no fuese del interés de todos y como si no tuviese ninguna injerencia en la vida de las personas", enfatizó el presidente, que en los últimos meses denunció en varias ocasiones la política del euro fuerte.
Uno de los puntos esenciales de su discurso fue la reiteración de su voluntad de reducir la dimensión del Estado.
Después de aclarar que no ha renunciado a su intención de disminuir drásticamente el número de funcionarios públicos, reiteró que el Estado debe consumir menos e invertir más. "Me comprometí a no reemplazar un empleado público de cada dos que se jubilen. Y no he renunciado", aclaró.
Sarkozy anunció que reducirá a la mitad el número de directores de la administración central, fusionará la mayoría de los servicios fiscales e integrará los servicios de inteligencia del Estado.
Asegurando que no le tiene miedo a la reforma del Estado, precisó: "Creo que no podemos prescindir de un Estado fuerte, pero un Estado sólo puede ser fuerte si no está sumergido en las deudas y ahogado por el peso de la burocracia".
También criticó en términos severos el sistema de estadísticas económicas, tema de debate desde que el euro entró en circulación, en 2002.
"Decir que el euro no ha sido responsable del aumento de los precios es burlarse de la gente", afirmó. "Quiero que dejen de burlarse de los franceses con índices de precios que no quieren decir nada. Quiero ir mucho más lejos en el terreno de la competencia para hacer bajar los precios al consumidor", explicó.
También manifestó su voluntad de favorecer a los empresarios con medidas fiscales y de flexibilización de la legislación laboral, en relación con el sistema de 35 horas semanales, el régimen de despidos o el trabajo dominical, que hasta ahora ha estado severamente reglamentado.
Sin dar demasiados detalles, Sarkozy anunció asimismo su intención de proponer una nueva PAC para la Unión Europea (UE).
Francia presidirá la UE a partir del 1° de julio de 2008. La PAC actual llegará a su término en 2013, pero la Comisión Europea ha previsto un análisis de la situación en 2008. Contrariamente al deseo de la Comisión, que preconiza una reducción de gastos, Francia desea que el presupuesto sea prolongado sin cambios.
Para que no queden dudas sobre la orientación de su gobierno, Nicolas Sarkozy insistió una y otra vez en la "ruptura", principal consigna lanzada durante su campaña presidencial.
"Quiero la ruptura con el malthusianismo, con el conservadurismo y con el inmovilismo, porque no hay revolución económica que no comience por una revolución en las cabezas", afirmó.
Por último, defendió su política de apertura hacia la izquierda, en vísperas de la inauguración de la universidad de verano del Partido Socialista (PS). Completamente dividido y desmoralizado después de su derrota en las presidenciales, el PS se reunirá a partir del sábado en La Rochelle para tratar de hallar una salida para la profunda crisis que lo agita.
Con su habitual sarcasmo, el jefe del Estado se vanaglorió de ser en Francia quien mejor capitaliza las capacidades humanas. "En el fondo -ironizó-, probablemente yo sea el único capaz de explotar las riquezas humanas del Partido Socialista."