Por Dino Pesole
El Economista
(Véase también La deslocalización y Adam Smith por Robert W. Galvin)
El comercio mundial abre nuevos horizontes y el mercado laboral cambia de cara y se presta a navegar con nuevos instrumentos en el mar abierto de la globalización. Un nuevo modelo de deslocalización de servicios procedente de Estados Unidos y Europa aterriza en países como la India.
Mientras, en Roma y otras capitales discuten sobre la realidad del comercio globalizado frente a los tradicionales métodos de análisis. Les cuesta fotografiar esta poderosa fase de "migración" hacia los trabajos con creciente nivel de especialización, sobre todo, relacionados con las modernas tecnologías informáticas.
Costes muy inferiores
Off-shoring (relocalización de procesos de negocios de un país a otro) e inshoring (servicios de la cobertura dentro de un país) se entrecruzan. En Nueva York, diversos estudios de radiología envían imágenes a Nueva Delhi vía Internet y reciben el resultado al poco tiempo con una rebaja de costes que, a veces, alcanza el 80% o 70%. En Nueva Delhi, por su parte, muchas empresas están recorriendo las universidades en busca de jóvenes talentos informáticos para mandarlos a formarse a Nueva York o a Londres.
Según un reciente estudio de la Asociación Nacional de Empresas de Software, de aquí al 2010 se crearán al menos 500.000 empleos profesionales en el sector de las nuevas tecnologías informáticas. Y se busca para ellos sobre todo a jóvenes hindúes. Nueva York y Nueva Delhi serán competidores y estarán potencialmente integradas.
Y es que, mientras diversos laboratorios hindúes ofrecen paquetes "todo incluido" que comprenden 1.500 análisis diferentes realizables con la misma estructura, para un negocio garantizado de 637 millones de euros y un crecimiento anual del 20%, en la otra parte del mundo ingenieros hindúes llaman a las puertas de las grandes compañías americanas y europeas y un ejército de operadores hindúes responde desde los centros de llamadas a las peticiones de información procedentes de Estados Unidos y de Europa.
Buena marcha
Los resultados son, a veces, inciertos. Lo demuestra el caso de Powergen, suministrador británico de energía eléctrica y miembro del grupo alemán E.ON, obligado a cerrar sus centros de llamada en la India tras la protesta de uno de los organismos de tutela de los consumidores, Energywatch, lamentándose por el nivel mediocre del servicio.
Pero el gigante asiático prosigue su marcha. Los beneficios de la principal empresa hindú de software, la Tata Consultancy Services, con sede en Mumbai, aumentaron un 37% en los últimos cuatro meses respecto al año 2006. La Yipes Holdings de San Francisco fue comprada, mientras tanto, por la hindú Reliance Communication, un proveedor de servicios para teléfonos móviles.
Los que cedieron la empresa fueron un grupo de inversores, integrado por JP Morgan y las empresas de venture capital (capital de empresas) Nordest Venture Partners, Sprout Group y Crosslink Capital. Una prueba más de la vitalidad de la economía hindú que, según las últimas estimaciones, crecerá en 2007 un 9%, con inversiones directas extranjeras que pasarán de los 6.300 millones del 2006 a unos 11.000 millones.
Con capitales que se mueven a la velocidad de la luz, el comercio crea "nuevas" industrias de alta intensidad laboral por medio de la fragmentación de la producción. Y la "frontera" de la especialización se adelanta, en una especie de carrera que hace problemático avanzar hipotéticos escenarios de futuro incluso a medio plazo.
Un escenario que afecta por completo también a Europa, que tiene que vérselas con la integración de los trabajadores del ex imperio soviético y con su propia rigidez laboral, lo que hace aún más complejo el reto de competir con las demás economías mundiales.
¿Y en Europa?
Estimaciones provisionales hablan de entre 1,6 y 2,1 millones de puestos de trabajo offshore (paraíso fiscal) creados hasta ahora en la India y desde los países asiáticos al Este de Europa para los mercados americanos y europeos. Cerca de 400.000 nuevos puestos de trabajo offshoring se crearán durante este año en Europa. En EEUU se habla de 300.000, es decir, el 6% de los empleos de todo el sector de la tecnología americano. Un fenómeno que no se ha explotado del todo y que sigue provocando polémica y opiniones encontradas.
En un mercado laboral flexible, como el americano o el británico, la absorción de los puestos de trabajo perdidos por efecto del offshoring no es un problema insuperable. Los trabajadores del sector científico y tecnológico crecieron, de forma estable, en los últimos doce años. Las últimas cifras hablan de 5,78 millones de empleados, el 3,9% de toda la fuerza laboral americana.
La Unión Europea se enfrenta a una auténtica revolución laboral. Uno de los problemas es que no se dispone de estimaciones actualizadas para medir el impacto de este fenómeno. En 2006, cerca de un millón de puestos de trabajo en el sector servicios se perdió en EEUU por efecto del offshoring, cifra que parece impresionante y que, sin embargo, en un mercado como el americano equivale a "menos de dos semanas de trabajo perdido".
La tesis del Foreing Affairs explica que nos encontramos en la fase inicial de la tercera revolución industrial, que implicará "un amplio e inquietante ajuste en la forma de vivir de los americanos y de los ciudadanos de los principales países industrializados".
Los trabajos que podrán ser transferidos offshore no desaparecerán del todo de EEUU y los demás países industrializados, "pero su cuota en la fuerza laboral disminuirá mucho". Esta disminución no producirá, una "amenaza de desempleo", como sucedió en las anteriores revoluciones industriales, siempre que se den "los necesarios ajustes económicos y sociales".