Por Pilar Marrero
La Opinión, Los Angeles
La intolerancia a través de medios informativos preocupa a grupos de defensa de los derechos civiles
El segundo programa más visto de la cadena de noticias CNN es el de Lou Dobbs, un ex reportero de asuntos financieros que ahora discute casi exclusivamente un solo tema durante su programa diario de una hora de duración: los "extranjeros ilegales", como les llama, y "el daño" que hacen al país.
Por ejemplo, el 14 de abril de 2005, Dobbs señaló que "la invasión de ilegales amenaza la salud de los estadounidenses", y luego pasó a presentar un reporte que señalaba un "tremendo aumento" en los casos de lepra en el país, que Dobbs atribuyó a los "ilegales".
Los números presentados por Dobbs eran falsos, y así fue reportado por otros medios: programas como 60 Minutes, de la cadena CBS, y artículos en The New York Times desmintieron las cifras y su alarmismo. Dobbs nunca se retractó.
Lou Dobbs es quizá el más conocido de una creciente red de periodistas "activistas" o comentaristas de radio y televisión que han tomado el tema de la inmigración indocumentada como su asunto central y que lanzan informaciones alarmistas, estereotipos e insultos al aire en forma cotidiana.
Esto ha logrado que CNN aumente significativamente sus niveles de audiencia entre el público de televisión por cable, una cerrada competencia entre canales por un público cada vez más fragmentado.
Pero también, según expertos, ha ayudado a crear un clima cada vez más antiinmigrante y a orillar al sector político a moverse en la misma dirección.
"Los canales de cable están tan desesperados por el dinero y la teleaudiencia que buscan casi cualquier cosa para ganar", dice Karl Frisch, de Media Matters, una organización que revisa el contenido de los medios masivos. "Y hay un mercado, pero eso no significa que esté bien hacerlo".
Dobbs, ciertamente, no es el único que utiliza casi a diario el tema de la inmigración: los "ilegales" como amenaza a este país.
De hecho, lo que antes estaba relegado a unos cuantos grupos extremistas, se ha convertido en el tema de cada día de muchos medios masivos y medios de gran reputación y que normalmente ejercen un periodismo serio, citan constantemente como fuentes a grupos de cuestionables "expertos" que tienen una clara plataforma antiinmigrante y, peor, con lazos supremacistas y racistas.
"Es muy común ver que un periódico entreviste a dos ‘expertos’ sobre un tema relacionado con inmigración, y que uno sea un catedrático reputado y otro sea un supuesto especialista de alguno de estos grupos de interés, sin verdadera credibilidad", señala Leo Chávez, profesor de antropología de la Universidad de California Irvine.
Que medios de gran reputación le den igual peso a las ideas de un experto como Chávez, o muchos otros, que a grupos como FAIR (la Federación para una Reforma de Inmigración Americana), es parte de lo que ha inclinado la balanza en contra de los inmigrantes, explica el catedrático.
FAIR es uno de los grupos más citados por reputados medios estadounidenses, y también declaró muchas veces ante el Congreso sobre temas de inmigración. Pero la organización acaba de ser declarada un "grupo de intolerancia" por el Southern Poverty Law Center, una organización de Alabama que se dedica a seguir la pista a grupos racistas en todo el país.
Otras organizaciones defensoras de los derechos civiles también han sonado la voz de alarma sobre el asunto. La Liga Antidifamación Americana (ADL), un grupo con casi cien años de experiencia en registrar actividades antijudías, se manifiesta "profundamente alarmada" por el tono de los medios masivos de comunicación contra los inmigrantes.
"Creemos que este es un problema muy grave, porque muchos medios están promoviendo estereotipos que generan odio", dice Amanda Susking, directora regional de ADL. "Vemos cómo estos estereotipos sobre los inmigrantes se ven en todos los medios y se trasladan a la arena política, envenenando la discusión".
Dobbs no es el único comentarista o "periodista" (que es como lo presenta CNN) en utilizar día y noche el tema de los inmigrantes en forma peyorativa: hay una larga lista de comentaristas y/o políticos que lo hacen: Pat Buchanan (otro comentarista y otrora candidato a la Presidencia); Bill O’Reilly, de Fox News; Glenn Beck, de CNN Headline News; Sean Hannity, de Fox News, y docenas de locutores de radio en todo el país.
Varios observadores apuntan que el de la inmigración y su impacto en el país es un tema muy válido de discusión, pero que el debate ha sido envenenado por "propaganda antiinmigrante y particularmente antilatina", según señala un reciente reporte de ADL.
Los medios tienen generalmente la razón económica para propiciar este tipo de programación, señalan observadores, mientras que los grupos como FAIR y otros tienen una plataforma política, y algunos, como los minutemen, buscan reclutar adeptos, publicidad, dinero o la posibilidad de llegar a un puesto público.
Un ejemplo es Jim Gilchrist, fundador del primer grupo Minuteman que hace un par de años comenzó a patrullar las fronteras con voluntarios para detener "la invasión de ilegales" y que eventualmente intentó obtener un puesto público: fue candidato al Congreso, aunque falló en el intento.
Luego, algunos socios lo acusaron de malversación de fondos que enviaban sus adeptos para la contrucción de su propio "muro" en la frontera y otras de sus actividades. La organización se dividió y separó.
Hoy Gilchrist ha sido elevado a la categoría de gran líder, un apoyo buscado por algunos candidatos al puesto más alto de Estados Unidos: apareció la semana pasada junto al creciente favorito presidencial republicano Mike Huckabee, dándole su apoyo.
El mismo tono antiinmigrante de Dobbs, Gilchrist y otros periodistas y activistas se traduce en resultados concretos: la derrota de la reforma migratoria se dio, en gran parte, a la protesta de una minoría antiinmigrante que inundó de llamadas las líneas del Congreso y expresó su oposición en voz alta.
Sin embargo, todas las encuestas indican que la reforma migratoria era favorecida por una mayoría de los estadounidenses, el 60% en la encuesta más reciente. Sin embargo, la reforma fue derrotada: muchos lo atribuyen a la vocal oposición de los medios y de una minoría antiinmigrante.
"Cuando tienes un segmento fuerte de la población que sigue las ideas de determinados medios, hasta los políticos más moderados tienen miedo de ser objeto de ataque", explica el profesor Chávez, autor del libro Covering Immigration.
Chávez añade que "los políticos tienen miedo de esos medios. Por ejemplo, la mayoría de los estadounidenses favorecen el control de armas, pero como una pequeña minoría es pro armas y son muy activos políticamente, los políticos responden a esa minoría".
Esta tendencia antiinmigrante en los medios está teniendo un efecto definitivo en la actual campaña política presidencial, particularmente, aunque no sólo, en el lado republicano: el tema de los indocumentados se ha vuelto uno de los más importantes en Iowa y New Hampshire, y casi todos los precandidatos se pelean por ver quién es más duro contra los "ilegales".
El tema ha embarrado también a los demócratas, que expresan una postura pro reforma migratoria, pero no promueven excesivamente este tema ni lo han hecho parte de la plataforma central de sus campañas, a menos que sea ante audiencias latinas en español.
"Todos los políticos han sido forzados a la derecha dura en este tema", señala otro profesor especialista en el tema, Louis di Sipio, de la Universidad de California en Irvine. "Y se ha vuelto hasta cierto punto aceptable atacar a los hispanos, escondiéndose tras la máscara de los ‘ilegales’".
El tema tiene sus reverberaciones en los latinos, quienes de acuerdo con el más reciente sondeo del Centro Hispano Pew, resienten personalmente las renovadas actitudes antiinmigrantes que se sienten en el ambiente.
También se manifiestan de forma más violenta: las estadísticas del FBI señalan que los delitos de intolerancia contra los latinos han aumentado 35% desde 2003.