Por Andrés Oppenheimer
El Nuevo Herald
El triunfo de Hillary Clinton sobre Barack Obama por casi el doble de votos entre los electores hispanos en las primarias de la Florida está llevando a muchos a creer que Obama tendrá enormes dificultades para ganar el voto latino en las mega primarias del próximo martes, y en lograr la candidatura presidencial de su partido.
A partir de los resultados de Florida y de una derrota similar entre los latinos en las recientes asambleas partidarias en Nevada, ha empezado a difundirse la teoría entre los medios de comunicación tradicionales y en la blogosfera de que los latinos no votarán por un candidato presidencial afroamericano, porque tienen prejuicios raciales contra los negros.
Según los voceros de Clinton, la senadora ganó el voto hispano en Florida y Nevada porque los latinos tienen buenos recuerdos del gobierno de Bill Clinton, cuando muchos de ellos se beneficiaron de una economía en expansión. Además, la senadora Clinton es más conocida que Obama, y su imagen de mujer que pasá por un infierno para mantener a su familia unida durante los escándalos sexuales de su esposo en la década de 1990 cae bien en la comunidad hispana, dicen los voceros de Hillary.
Los voceros de Obama, en cambio, dicen que el resultado de Florida es insignificante, porque Obama prácticamente no hizo campaña en ese estado.
"Hasta ahora, nos hemos centrado en las primeras primarias, como Iowa, donde la población latina era relativamente pequeña", me dijo Frank Sánchez, uno de los asesores de Obama para el voto latino. "La ofensiva por el voto latino empieza recién ahora".
Pero aunque los voceros de ambos candidatos oficialmente niegan que haya factores raciales en la campaña, los recientes resultados en Florida y Nevada --como así también las encuestas en California, que muestran una enorme ventaja de Clinton entre los hispanos-- han fortalecido la creencia de que Obama tiene un "problema hispano" que va más allá de que muchos latinos lo conozcan poco.
Varios periódicos, incluido The Miami Herald, se han referido en días recientes a encuestas que muestran tensiones entre la comunidad hispana y negra. Una encuesta de New American Media reveló, entre otras cosas, que 44 por ciento de los hispanos "tienen miedo de los afroamericanos" porque los identifican con altos índices de criminalidad.
Earl Ofari Hutchinson, un blogger político y autor del libro de inminente aparición La Presidencia étnica, escribió a principios de esta semana que la historia del voto latino no favorece a Obama. Cita como ejemplo la reciente votación demócrata en Nevada, donde Obama logró el apoyo del Sindicato de Trabajadores Gastronómicos, cuyos 60 mil afiliados incluyen gran cantidad de latinos, pero cuando los afiliados hispanos del sindicato acudieron a las urnas, votaron por Clinton.
"La persistente reticencia de los votantes latinos a respaldar a candidatos negros podría repercutir negativamente sobre Obama", escribió Hutchinson.
Eso no es cierto, escribe el columnista de Los Angeles Times, Gregory Rodríguez. Hay muchos ejemplos de políticos afroamericanos que fueron electos con el voto latino, incluyendo los ex alcaldes Harold Washington de Chicago, Wellington Webb de Denver, y Ron Kirk de Dallas.
Rodríguez afirma que la campaña de Clinton está desinformando al público a través de terceras personas para "socavar uno de los puntos clave de Obama: que es capaz de construir puentes y unir a los americanos de todo tipo''.
Mi opinión: Los resultados de la primaria de Florida refutaron la teoría de que los hispanos no votan por candidatos negros: de hecho, hubo un mayor porcentaje de latinos que votaron por Obama (30 porciento) que de blancos no hispanos (22 porciento). Y Obama recibió más votos de lo esperado entre los latinos: una encuesta del Herald la semana anterior le había dado apenas 8 porciento de apoyo entre los hispanos.
Obama tiene un "problema hispano", pero puede que tenga menos que ver con su color de piel que con la falta de apoyo de grandes personalidades del mundo latino a su campaña.
Mientras que la senadora Clinton cuenta con el respaldo de conocidos políticos hispanos, como el alcalde de Los Angeles Antonio Villarraigosa y el senador Bob Menéndez, Obama apenas tiene unos pocos, y no muy conocidos a nivel nacional.
Para ganar la nominación, Obama necesitará recibir el apoyo de figuras de primer nivel en el mundo latino --el gobernador de Nuevo México Bill Richardson sería un golpe magistral, y el actor y activista Edward James Olmos o la conductora de televisión Cristina Saralegui no le vendrían mal, antes del Supermartes.
Asimismo, Obama podría ganar más votos latinos adoptando una postura más firme contra los conductores de programas de CNN, Fox News y la radio cuya cruzada antiinmigrante ha creado una atmósfera hostil hacia la comunidad hispana en todo el país. De no tomar estos y otros pasos, Obama perderá el voto latino, y quizás la campaña presidencial.