Por Ramón Pérez-Maura
ABC
El hecho ha pasado casi desapercibido fuera del Perú. Y no debiera ser así porque representa un soplo de aire fresco que revitaliza las esperanzas de los demócratas que viven asediados por el populismo dizque bolivariano. Fue el pasado viernes en la Casa de Gobierno de Lima. El presidente Alan García se entrevistó durante 40 minutos con el escritor Mario Vargas Llosa. A primera vista, nada excepcional debería haber en ese dato. Mas todo ello se sale de lo corriente.
Como ya ha quedado reflejado en esta columna (ver «Sorprende el Perú de García» ABC, 31-10-07) el actual presidente del Perú, a quien hemos oído decir que «Yo ya estaba en el poder cuando ganó Bush padre y seguiré en el poder cuando se vaya Bush hijo», ha dado un giro radical a sus políticas. Y su reunión con Vargas Llosa es la prueba irrefutable de que ya nada es igual. A su salida del palacio presidencial, Vargas Llosa lo dijo con claridad: «Hoy Alan García es responsable, sus políticas son políticas que defiendo hace años, no me arrepiento de haber votado por él en la segunda vuelta porque representaba el mal menor ante un candidato que nos hubiera llevado al abismo por su populismo».
Y si sorprende escuchar esto en boca de Vargas Llosa es por el enorme choque que estos mismos personajes tuvieron en 1987, cuando el escritor protagonizó la oposición a la nacionalización de la banca que propugnaba el joven presidente García. La oposición de Vargas Llosa resultó decisiva a la hora de parar el proyecto de García y éste nunca se lo perdonó. Hasta el punto de que el izquierdista García se vengó en las presidenciales de 1990 apoyando en la sombra la victoria de un populista de ultra derecha como Alberto Fujimori. Vargas Llosa fue así derrotado y, al igual que García, tomó el rumbo del exilio.
Diecisiete años después, los dos están de nuevo en el Perú, como presidente y como escritor. García ha evolucionado hacia posiciones liberales -aunque no lo diga así- y la democracia peruana es fuerte frente a las amenazas que acechan sobre los Andes.