Por Alberto Benegas Lynch (h)
Para El Instituto Independiente
Muchos de los sondeos de opinión insisten en que si McCain se enfrentara en las elecciones presidenciales con Obama, ganaría el primero. En esto hay también un poco de apoyo indirecto a la candidatura de Hillary Clinton. De cualquier manera, hoy, en Carolina del Norte -en base a la postura contraria a la guerra que finalmente expresa una mayoría del pueblo norteamericano- estimamos que el discurso de Obama ha sido decisivo para ganar no solo la nominación por su partido sino para asumir la presidencia de su país.
El eje central de este discurso ha sido la invasión a Irak por parte de fuerzas estadounidenses. Señaló, con toda razón, que desde el primer momento esta operación constituyó un error mayúsculo. Recordó que la acción bélica se basó en dos patrañas: la existencia de armas de destrucción masiva y, sobre todo, en la vinculación con los hechos criminales del 11 de septiembre de 2001.
Obama subrayó que, a diferencia de McCain y Clinton, él se opuso a tamaña aventura desde el comienzo. Por eso dejó entrever que la experiencia en Washington de la que alardean sus dos contrincantes, en este contexto, constituye una desventaja. Señaló también el senador por Illinois que había que terminar inmediatamente con la vergüenza de Guantánamo y restituir el habeas corpus y las libertades civiles vulneradas bajo el pretexto de la seguridad, así como también apoyar las libertades en lugares como el Tíbet.
Enfatizó que el peligro del terrorismo está y estuvo en zonas de Pakistán y Afganistán que le dan albergue y refugio. Es de desear que el ímpetu bélico no se vuelque indiscriminadamente allí y debemos estar alertas con sus tendencias a reforzar el mal llamado “estado benefactor” debido a las consecuencias nefastas que ha producido, especialmente para la gente mas necesitada, pero, por lo menos, el mundo se habrá librado de las cruzada maniáticas y absurdas del segundo Bush y de sus primeros pasos para el establecimiento de un estado policial en el corazón del baluarte del mundo libre.
Es de desear, por último, que si Obama asume la primera magistratura en Estados Unidos, retome los principios de libertad de los Padres Fundadores y modere el aumento sideral el gasto estatal, la deuda federal, el déficit fiscal y la manipulación gubernamental de la tasa de interés que empeora la situación económica, en la que, como hemos escrito antes, los barquinazos en el mercado inmobiliario no son mas que la punta del iceberg de una inmensa bola de nieve consecuencia de un creciente y persistente estatismo.