Por Peter Millard y David Luhnow
The Wall Street Journal
Ciudad de México— Los planes de México de abrir su sector petrolero a la inversión extranjera podrían llegar demasiado tarde para compensar la caída en la producción de crudo del país. Al ritmo actual, México se convertirá en un importador neto de petróleo en 2016, o quizás antes, según la Secretaría de Energía.
El gobierno es cada vez más optimista de que el Congreso aprobará finalmente la ley energética que permitiría al monopolio estatal Petróleos Mexicanos, o Pemex, asociarse con empresas extranjeras. Pemex dice que necesita asociarse con compañías más experimentadas para aumentar la producción de crudo y gas en el Golfo de México.
Aun si la ley es aprobada, Pemex podría tener problemas para atraer compañías extranjeras, porque el texto le impediría compartir la producción de petróleo (el modelo estándar para la exploración de crudo en aguas profundas, donde cada pozo puede costar hasta US$150 millones).
Incluso si las petroleras muestran interés, la brecha de tiempo entre identificar reservas nuevas y extraer el primer barril es de años y, en el caso de los proyectos de aguas profundas, de hasta una década. En abril, la producción petrolera de México cayó a su nivel más bajo en nueve años, a 2,8 millones de barriles por día, especialmente debido al declive del enorme pozo de Cantarell. La perspectiva para los próximos años no es muy buena: el 77% de la producción actual viene de pozos que están a punto de agotarse.
México es el sexto productor mundial de crudo y el tercer proveedor de Estados Unidos, después de Arabia Saudita y Canadá. Pemex sólo encuentra crudo suficiente para reemplazar la mitad de lo que extrae del suelo y sólo tiene reservas suficientes para cubrir poco más de nueve años al ritmo actual de producción. El petróleo aporta más de un tercio de los ingresos del gobierno de México.
Pemex está lentamente dándose cuenta del tamaño del problema. A fines del año pasado, Pemex tenía proyectada una producción de 3,1 millones de barriles diarios hasta 2012. Sus directivos después redujeron la meta a 3 millones diarios para este año. La producción promedio de los primeros cuatro meses de 2008 fue de 2,9 millones de barriles diarios.