Por Steven R. Hurst
La Nación
WASHINGTON.- La última vez que un demócrata le arrebató la Casa Blanca a un republicano se apoyó, en gran parte, en el eslogan: "¡Es la economía, estúpido!".
Unos 16 años después de ese primer triunfo de Bill Clinton, la sensación dominante parece ser la misma en la carrera entre el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain.
Las acciones en Wall Street se hundieron estrepitosamente la semana pasada, el desempleo sigue aumentando, el petróleo continúa batiendo récords y el sector inmobiliario enfrenta un declive cada vez más pronunciado. Como consecuencia, la economía ha pasado a encabezar la lista de temas que preocupan a los votantes estadounidenses de cara a las elecciones de noviembre y la cuestión de la guerra en Irak ha quedado relegada a un lejano segundo plano.
Ambos candidatos volvieron sobre el tema de la economía en los últimos días, al referirse a la reforma inmigratoria, algo que preocupa tanto a los votantes de la clase trabajadora, inquietos ante la perspectiva de ser reemplazados por mano de obra más barata, como a la comunidad hispana.
En momentos en que la campaña entre ambos entra en su cuarta semana, Obama ha empuñado el tema de la recesión económica para martillar que su oponente McCain no hará otra cosa que continuar con las políticas de George W. Bush, cuya gestión al frente de la Casa Blanca es sobradamente impopular.
En tanto, McCain ha sacado a relucir su autoridad en temas de seguridad y política exterior, sin dejar de enfatizar la inexperiencia en cuestiones de política nacional de Obama, quien sólo ha sido senador durante un período.
McCain, héroe de la guerra de Vietnam y cuatro veces senador por el estado de Arizona, afirma que Estados Unidos está ganando la guerra en Irak, que ya lleva cinco años, y acusa a Obama de ser irresponsable por proponer el retiro total de tropas durante los primeros 16 meses de su eventual presidencia.
En 1992, Bill Clinton desplazó de la Casa Blanca al padre de George W. Bush durante un período económico difícil y a pesar de la enorme popularidad que había disfrutado el entonces mandatario tras la Guerra del Golfo, un año antes, cuando una coalición encabezada por Estados Unidos expulsó de Kuwait a las fuerzas invasoras de Saddam Hussein.
La victoria de Bill Clinton demostró en ese momento, como parece suceder también ahora, la preponderancia de las cuestiones internas (fundamentalmente el bolsillo) sobre los asuntos internacionales en la agenda de preocupaciones de los votantes. Según las encuestas, una vez más el interés de los ciudadanos ha privilegiado la economía en desmedro de las relaciones exteriores, en particular la guerra en Irak.
Campaña redefinida
Con el precio de la nafta por las nubes y un mercado de valores al borde de los 20 puntos porcentuales de caída que definen a los mercados considerados en baja, los problemas económicos ha obligado a redefinir la campaña electoral en las primeras semanas de competencia.
Anteayer, los dos candidatos hicieron lo imposible por seducir a la minoría de mayor crecimiento de Estados Unidos, la comunidad hispana, y asegurarse su apoyo. El tema de los inmigrantes indocumentados, mexicanos o latinoamericanos, es clave en estas elecciones, en especial para los votantes que culpan a los trabajadores ilegales de quitarles trabajo a los nacidos en Estados Unidos en tiempos económicos difíciles.
McCain afirmó que la reforma inmigratoria, un tema de suma importancia para los hispanos, es una "alta prioridad". Y Obama acusó a su rival de haber cedido ante los conservadores.
Ayer, McCain se reunió con el evangelista Billy Graham y su hijo Franklin en la casa de vacaciones que posee la familia en las montañas de Carolina del Norte. McCain, que tiene fama de ser un disidente dentro del Partido Republicano, está haciendo grandes esfuerzos por conquistar a los votantes religiosos y alzarse con el voto de los conservadores más escépticos. Obama se encontró este mes con el menor de los Graham en un encuentro en Chicago.
McCain, que en su intento por mostrar su interés por los temas de política exterior y seguridad viajará mañana a Colombia, mantuvo anteayer un encuentro a puertas cerradas con el presidente iraquí, Jalal Talabani. Poco después, afirmó que los avances de ese país son frágiles pero significativos. Un poco antes, ese mismo día, Obama había realizado una sorpresiva visita al Centro Médico Militar Walter Reed para visitar a los veteranos de guerra internados allí.
Traducción de Jaime Arrambide