Por Thomas Sowell
Libertad Digital, Madrid
Si le quitamos el engaño, tal vez a la política no le quedase nada.
El motivo de que tanta gente comprenda erróneamente tantas cosas no es que los asuntos sean muy complejos, sino que la gente no desea una explicación razonada o analítica que le deje emocionalmente insatisfecha. Quiere malos a los que odiar y héroes a los que aclamar, y desdeña las explicaciones que no se los proporcionen.
¿Ha reparado alguien en el parecido facial entre el lanzador de béisbol Yankee Joba Chamberlain y Babe Ruth? Si pudiera ser la mitad de buen lanzador que fue Ruth, tendría una gran carrera. Babe podría contarse entre los mejores de la profesión si hubiera seguido siendo lanzador. Aun así ostenta un par de récords.
Aunque es posible bloquear llamadas telefónicas no deseadas procedentes de empresas, no es posible hacer lo mismo con las de los políticos que nos van a inundar este año electoral. Aparentemente los tribunales piensan que el derecho a "la libertad de expresión" incluye el de imponerla a una audiencia poco dispuesta. Tal vez necesitemos una nueva Enmienda Constitucional.
Uno de los problemas de enfrentarse con éxito a las amenazas es que la gente empieza a creer que no existen. Así nos encontramos 7 años después del 11 de septiembre, de manera que recordar a la gente los peligros terroristas puede ser despreciado por Barack Obama, que tiene una respuesta retórica para todo, como "la política del miedo".
Hay países en Europa que estarían encantados de ver desplomarse sus índices de desempleo al 5,7% que ha alcanzado el nuestro. Aun así, aquellos que parecen desear que imitemos las políticas económicas y sociales europeas no quieren considerar sus efectos reales.
"Inaceptable" es una de las grandes palabras equivocadas de nuestro tiempo. Casi siempre es pronunciada por alguien que no tiene intención de mover un dedo, y por tanto acepta lo que está llamando "inaceptable".
En 2004, los republicanos ganaron rotundamente presentándose como republicanos. Pero una vez que tuvieron el control del Congreso, empezaron a actuar como demócratas y perdieron estrepitosamente. Hay alguna lección en esto, pero que los republicanos la aprendan o no es harina de otro costal.
Cuando escuchamos hablar del control de la renta o de los artefactos, puede que pensemos en alquileres o en armas, pero la palabra que de verdad importa es "control." En esto consiste la izquierda política, como se puede ver a través de la incesante creación de restricciones nuevas en los sitios en los que lleva mucho tiempo asentada en el poder, como San Francisco o Nueva York.
Ahora que el primer y el tercer senador con los historiales de votación más izquierdistas del Senado son los candidatos de los demócratas a presidente y vicepresidente, grandes expresiones de indignación se producirán si alguien se atreve a llamarles "progresistas", por ser esto "negativo". En realidad, el término más preciso sería "izquierdistas".
G.K Chesterton decía que "Desafío a cualquiera a decirme cuáles son los derechos de un ciudadano si no incluyen el control sobre su propia dieta en relación con su propio estado de salud". Pero los ciudadanos de California y de Nueva York han aceptado con sumisión las decisiones de sus políticos de prohibir a los restaurantes servir ciertos alimentos, incluso si los ciudadanos quieren comerlos.
El reciente fallecimiento de Aleksandr Solzhenitsyn debería hacernos recordar a todos lo que dijo cuando le fue concedido el Premio Nobel: "Aparte de concesiones y sonrisas, el dubitativo mundo civilizado no ha encontrado nada con lo que oponerse al ataque violento de un súbito renacimiento del salvajismo sin disfraces". ¿Qué significaría una presidencia Barack Obama, aparte de más concesiones y sonrisas más amplias mientras Irán se vuelve nuclear?
Justo después de los demócratas progres, los políticos más peligrosos son los republicanos de clase alta recién llegados a ese estatus.
El presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke afirma que de Roosevelt admira su disposición a experimentar a fin de mejorar la economía. Esa experimentación ayudó a prolongar la Gran Depresión, puesto que la gente tiende a guardarse su dinero cuando el Estado crea incertidumbre a través del cambio constante de las reglas.
En el pasado se dijo: "La verdad os hará libres". Hoy parece haber quien piensa que la retórica y la pompa van a hacernos libres. Podrían llamarlo la audacia de la extravagancia.
Thomas Sowell es doctor en Economía y escritor. Es especialista del Instituto Hoover.
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