Por Alejandro A. Tagliavini
El Nuevo Herald
Buenos Aires -- Según el International Programs Center de la Oficina del Censo de Estados Unidos, la población mundial acaba de alcanzar los 6,666 millones de personas. Mientras que las dos fortunas más grandes del mundo equivalen al PIB de los 45 países más pobres, la mitad de la población global tiene el 1% de la riqueza mundial. De estos 1,000 millones son ''muy pobres'' y 1,600 millones son ``pobres''.
Es importante destacar que esas descomunales fortunas no son producto natural del mercado, sino de la interferencia coactiva de los gobiernos. Estemos de acuerdo o no, el hecho es que se hicieron en base a ''derechos de copyright'' y monopolios garantizados por la fuerza policial de los Estados.
Discursos ideológicos de lado, la India y, en particular, China sacaron a cientos de millones de la pobreza al ritmo de su crecimiento, en la medida en que eliminaban la coacción (violencia) estatal sobre el mercado, sobre las actividades económicas de las personas.
Según Global Insight, en 2009 los chinos tendrán el 17% de la producción global de manufacturas (contra el 3% hace 20 años), 11,783 billones de dólares, terminando con cien años de liderazgo de Estados Unidos, que aportará el 16%. La manufactura es el 17.5% del PB mundial.
El trabajo manual se desplaza de Estados Unidos, cada vez más concentrado en el trabajo intelectual y de servicios. La globalización y el espectacular de-
sarrollo de la informática y las telecomunicaciones permiten las cadenas de suministros globales para aprovechar los proveedores que están en países lejanos y con mano de obra barata.
Ya en 1970, la riqueza estadounidense era en 26% sólo resultado de las compañías fabricantes de objetos. Porcentaje del PIB que siguió bajando hasta 16% en 2007. Durante ese mismo período, este índice cayó del 36 al 21% en Japón, del 39 al 29% en Canadá y en Gran Bretaña del 28 al 16%. Además, como asegura Michael Raynor: ''El trabajador fabril es una especie en extinción'', en un mercado cada vez más robotizado.
Las empresas de mayor cotización no son las manufactureras. Google resultó la marca más cara del mundo en 2006, valorada en 66,343 millones de dólares, por delante de General Electric (GE), con 61,880 millones; Microsoft, 54,951 millones y Coca-Cola, 44,134 millones, de acuerdo al ranking Brandz. Los fundadores de Google en pocos años forjaron una marca con un valor intangible superior al de Coca-Cola o BMW.
Sucede que ''...lo que el sistema económico produce no son cosas materiales, sino conocimiento inmaterial'', según Frank Tipler. Y ''...los recursos económicos de una sociedad no son sus recursos naturales..., sino una relación... entre sus recursos naturales y sus habilidades organizativas y tecnológicas para extraer o adquirir... y utilizar esos recursos naturales...'', aseguran N. Rosenberg y E. Birdzell, Jr. En definitiva, la riqueza económica se resume en la sabiduría para servir al mercado, a las personas.
De hecho, el proceso mercantil es precisamente eso: es la búsqueda de información, antes desconocida, que permita crear mayor riqueza: un nuevo invento, un nuevo método más eficiente de organización y logística, entre otras cosas.
Para terminar señalemos que el desarrollo chino sirvió al mundo entero. A la Argentina, por ejemplo, la favoreció al provocar un fuerte aumento en el precio de los commodities exportables, como la soya y el trigo, los cuales crecieron un ciento por ciento entre junio de 2006-2008, y con su oferta de productos manufacturados baratos.
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El autor es miembro del Consejo Asesore del Center on Global Prosperity en el Independent Institute de Oakland, California.
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