Por Walter Spurrier Baquerizo
El Universo
El miércoles la Cepal publicó su más reciente informe sobre la economía de América Latina y el Caribe, 200 páginas incluyendo anexos, disponible en su portal (www.eclac.org). Se centra en la política macroeconómica y volatilidad.
La Cepal estima que en 2008 el crecimiento regional será 4,7%, mejor desempeño que un estimado anterior del Banco Mundial de 4,5%: a medida que transcurre el año, el desempeño supera a lo previsto.
En contraste, la visión de la Cepal es que el próximo año la economía regional crecerá solo 4,0%, inferior al estimado anterior del Banco Mundial de 4,3%.
Estas cifras coinciden con las percepciones. Una encuesta en julio de la Fundación Getulio Vargas junto a la Universidad de Munich muestra que los latinoamericanos mantienen una visión estable de su situación económica, que contrasta con la visión en Estados Unidos y Europa, que la economía se está deteriorando. En cambio, en lo que respecta a las expectativas futuras, el índice de julio se deteriora considerablemente con la medición de abril; los latinoamericanos piensan que su situación se va a deteriorar en el 2009.
Pero no hay que alarmarse. Si bien los datos apuntan a que lo mejor del actual período de crecimiento económico latinoamericano ya ha pasado, la región no va a caer en recesión, sino tan solo incurrir en menor crecimiento.
Hablar de la región como un todo es una generalización, ya que nuestros países tienen economías muy diversas, y vinculadas a las de Estados Unidos, Europa y Japón, principalmente, vía exportación en unos casos de materias primas, en otros de maquila.
Los distintos factores en la economía mundial afectarán de manera diversa a los países latinoamericanos.
El precio de las materias primas ha favorecido enormemente a los países de Sudamérica; el escenario central es que estos precios ya no seguirán subiendo como lo han hecho en los últimos años. Más bien, puede haber un cierto retroceso en los precios, pero aun así se mantendrán a niveles muy superiores a los años noventa. Si bien una prolongada recesión en los países desarrollados puede tener un efecto negativo, la economía de los países que han venido creciendo fuertemente en los últimos años, como China y la India, seguirán consumiendo más, impidiendo que se desplomen los precios.
Las remesas, por otra parte, sufren. Hay dos factores: la actual onda baja de la economía de los países desarrollados se centra en la construcción de vivienda, y la mano de obra masculina no calificada que emigra tiende a trabajar en la construcción. Un estudio del BID demuestra que al momento, menos latinoamericanos que antes están enviando remesas a sus países. Habría indicios que comenzarían a reducirse los montos que envían. Adicionalmente, la falta de empleo hace que los nativos que compiten por fuentes de trabajo con los inmigrantes resientan esa competencia, y que las autoridades de los países que receptan a los emigrantes, reprimen más duramente la ilegalidad; los inmigrantes, menos seguros, envían menos dinero.
Tanto en 2008 como en 2009 Perú es el que más crece, 7,0%. El Ecuador crecerá 3,0%, compartiendo los últimos lugares con México, Haití y Nicaragua.