Por Jeff Mason
América Economía
La suspensión de la campaña para dedicarse a cooperar en la solución a la crisis podría tener altos costos para las aspiraciones presidenciales del candidato republicano.
Columbus, EE.UU. Podría ser la jugada que asegure o destruya sus esperanzas de llegar a la Casa Blanca.
La decisión de John McCain de suspender la semana pasada su campaña electoral y volver a Washington para ayudar a lograr un acuerdo para el rescate de Wall Street fue criticada por sus rivales demócratas y elogiada por algunos republicanos, que ven en ella una oportunidad para que el senador muestre su habilidad de trabajar con políticos de todos los partidos.
El resultado no salió exactamente como estaba previsto.
El candidato presidencial republicano se convirtió en blanco inmediato de sus opositores, que lo acusaron de torpedear la propuesta. Una reunión con el presidente George W. Bush y su rival demócrata, Barack Obama, terminó en el caos.
Así que McCain retrocedió. Voló a Misisipi para un debate con Obama, que había pedido cancelar inicialmente, para luego regresar a Washington a trabajar detrás de bambalinas.
El lunes el acuerdo sobre el rescate financiero ya había sido alcanzado y McCain, que llevaba casi una semana sin participar en actos, retomó su campaña electoral en el estado de Ohio.
¿Valió la pena?
"En el corto plazo no le ayudó", dijo Andrew Busch, profesor de gobierno del Claremont McKenna College en California.
"De hecho, si miras todas las encuestas ha perdido un espacio considerable en los últimos pocos días", añadió.
El tiempo para recuperar el terreno perdido es escaso. Cuando falta poco más de un mes para las elecciones del 4 de noviembre, McCain no tiene espacio para muchas más jugadas dramáticas.
Pero sus asesores restaron importancia a las consecuencias políticas y aunque el senador evitó cuidadosamente atribuirse el crédito dijo que su intervención hizo la diferencia a la hora de acordar un plan que los republicanos pudieran aceptar.
"A veces, cuando un proceso se interrumpe, hay un punto en que la presencia importa", dijo su asesor económico Douglas Holtz-Eakin.
"Uno no puede actuar por teléfono y él no lo hizo", añadió.
Riesgo político. La campaña de Obama, que goza de un repunte en las encuestas, presentó la respuesta de McCain a la crisis financiera como algo errática en relación a la aproximación más mesurada del candidato demócrata.
"McCain ha estado muy errático (...) Barack Obama ha sido muy estable", dijo el director de la campaña demócrata, David Plouffe, el sábado a periodistas.
Pero los asesores de McCain no están de acuerdo y enfatizan su disposición a asumir riesgos políticos en comparación con el instinto cauteloso de Obama.
"Es fácil quedarse fuera de la campaña. No eres responsable por nada de lo que ocurre o no en Washington", dijo el senador Joe Lieberman, ex nominado demócrata a la vicepresidencia en el 2000 y hoy aliado de McCain.
"Pero ese no es John McCain (...) El tomó el riesgo, volvió, y parece que sus esfuerzos, sumados a los de muchos más, van a darnos un plan de rescate que puede salvar la economía de Estados Unidos", comentó.
Salvar la economía será clave para las perspectivas políticas de McCain.
Sus asesores subrayaron que todavía no había acuerdo sobre el paquete de rescate financiero cuando McCain voló la semana pasada a Washington y los demócratas intentaron asociarlo a los fracasos iniciales.
El senador republicano Judd Gregg, el principal negociador del acuerdo, dijo el domingo que tanto McCain como Obama habían ayudado.