Por Rómulo López Sabando
El Expreso de Guayaquil
“Felicidades. PORTA y Movistar le informan que su número (de PORTA) salió ganador en el sorteo número 27 de un Chevrolet AVEO + $3.000. 7-sept. 2008 20:51:43”. Estimado cliente de PORTA: Comuníquese en este momento”. Llame urgente al 090973980 línea directa. Código VHG. Centro de mensajes: +59397995040. “Habla el Ing. Juan Aguilar: le entregaré su premio mañana lunes después del mediodía. Cumpla los requisitos: 2 copias de cédula, certificado de votación, una carpeta roja, 2 fotos tamaño carnet, compre 5 tarjetas de PORTA para obtener los $ 3.000. Para recibir el carro compre 8 tarjetas de $10.
Como Movistar sí cumplió y entregó en Quito (a una amiga) un premio idéntico, e igual a 30 usuarios, entre la duda por posible estafa y eventual certeza, el usuario indagó varias veces en Conartel, Conatel y en PORTA, desde distintos teléfonos, incluso convencionales.
Juan Aguilar es el presidente de PORTA, respondieron. Luego Aguilar llamó y dijo que una de las tarjetas compradas, previo sorteo por la computadora, le entregaba otro premio de $ 1.000, mensuales, si compra 12 tarjetas más de PORTA de igual valor. Y como los premios venían en caravana desde Quito, había que “pagar los viáticos” esto es, 18 tarjetas más de $ 10.
Total: 430 dólares “invertidos” en tarjetas prepago, que PORTA recibió del usuario y se benefició, confirmado por Juan Aguilar quien respondía, personalmente o por terceros, a las llamadas hechas a PORTA.
Al día siguiente, incrédulo el usuario se presentó en oficinas de PORTA en la Fco. de Orellana, en Guayaquil, donde le ratificaron que Juan Aguilar es presidente de PORTA. Trató de hablar personalmente con Juan Aguilar, Xavier Dueñas, Xavier Santelli, Néstor Mujica, Edmundo Arias, Xavier Dávila, Félix Miranda, Zaida Guerrero y ninguno lo atendió.
Logró hablar con la asistente del presidente Juan Aguilar, Estela Deffilipì, quien, prepotente, evadió respuestas y negó contactos. Posteriormente con Evelyn Trujillo y Fiorella Echeverría, pero tampoco explicaron ni asumieron responsabilidad. “Tenemos reglas internas”, dijeron.
Ernesto Arosemena, gentil, le aceptó que “podría” ser una estafa. Ana María Iñiguez y Mónica Polanco le dijeron: “es culpa suya” (del usuario). Pese a que, mientras urgía a PORTA para que rastreen llamadas, indaguen, graben y bloqueen teléfonos, mantuvo durante 5 días los contactos con Juan Aguilar, “Hágalo por escrito y regrese en una semana” respondió PORTA. La molicie, indolencia, desidia, incuria hacia el usuario los identifica.
Conclusión: PORTA se benefició en $ 430 dólares. Vendió 43 tarjetas. El usuario perdió su dinero y, además, tiempo y llamadas desde otros celulares y convencionales: Total $ 500 dólares. ¿Y si los estafados, comprando tarjetas de PORTA, fuesen 10.000 ó más, de 7 millones de usuarios? En la Suptel imposible hablar con Fabián Jaramillo, Verónica Yerovi, Flora Quintero. Pilar Velarde, amable, receptó la denuncia y dijo que llamaría…. ¡Qué control (¿?) burocrático!
En PORTA, de Ecuador, el cliente No tiene la razón. Nadie da la cara. Avasalladora propaganda de PORTA para vender tarjetas prepago.
La confianza es clave en negocios. Pero, pese a beneficiarse PORTA con la venta de tarjetas, evade, en derecho, su “responsabilidad compartida”, propia del mercado. No responden ni devuelven el dinero. Carecen de calidad humana para atender al usuario y tecnología para detener las estafas electrónicas (phishing).
Son puro “marketing”, para vender tarjetas. Prevalecen intereses mercantilistas. ¿Sabrá esto Carlos Slim? En cambio, su Telmex entra a Ecuador con respeto al usuario. Compite con eficiencia, honradez, seriedad, tecnología de punta. ¡Qué diferencia! ¡Qué mal te portas, PORTA!