Por Neil King Jr. y Patrick Barta
The Wall Street Journal
Dos protagonistas tradicionales todavía se interponen entre las economías mundiales en caída y un marcado descenso en los precios del petróleo: China y Arabia Saudita.
La crisis crediticia y los temores de una recesión han provocado en las últimas semanas algunas predicciones de un inminente desplome de los precios del crudo. Según este argumento, una recesión global podría golpear la demanda, causando un exceso en el suministro y una súbita caída en los precios del petróleo.
Por ahora, sin embargo, los precios han sido sorpresivamente resistentes, a pesar de las turbulencias en el mercado bursátil estadounidense y las disputas en el Congreso de Estados Unidos sobre un paquete de rescate financiero. Dos de las principales fuerzas que mantienen altos los precios del petróleo, señalan los analistas, son la constante sed de China y la capacidad de Arabia Saudita para ajustar el grifo de los suministros mundiales cuando le plazca.
La evolución de los precios del crudo de aquí en adelante, dicen estos analistas, podría depender más de Beijing y Riad que de Washington o Nueva York. Los precios en alza y una debilitada economía estadounidense han provocado una reducción en la demanda de petróleo este año en EE.UU. y Europa. Este descenso, sumado a un aumento en los suministros de crudo saudita, ha contribuido a reducir los precios más de 30% de sus récords en julio. El jueves en la Bolsa Mercantil de Nueva York, el crudo (actualizar) de referencia para entrega en noviembre había caído 4,6%, o US$4,56, a US$93,97.
Pero hasta ahora, las penurias económicas occidentales no han causado grandes ralentizaciones en Oriente. La demanda de petróleo en países desarrollados se ha contraído, pero en Asia, sobre todo en China, y Oriente Medio, todavía está creciendo a un paso sustancial. El consumo de petróleo en países ricos en crudo del Golfo Pérsico crecería un 7% este año, superando incluso a China.
La gran pregunta ahora es cuánto se enfriará la economía china en los próximos meses, mientras absorbe las dificultades de sus principales mercados de exportación en Norteamérica y Europa. Existen ya señas de una desaceleración en China, incluso a pesar de las predicciones de que el país registrará un ritmo de crecimiento de cerca del 10% este año, comparado con 11,9% en 2007. Las importaciones de China en muchos metales esenciales cayeron en agosto respecto a julio, y el crecimiento en el cargamento de productos chinos exportados ha bajado. La importación estadounidense de productos chinos — de alrededor de US$1.000 al día en julio — sigue siendo fuerte, pero el tráfico de cargamento en los puertos de la costa oeste de Estados Unidos había disminuido un 10% en julio respecto al mismo mes del año anterior.
Los datos gubernamentales, mientras, indican un declive en los precios de la vivienda en China para agosto. Un estratega de Morgan Stanley recientemente advirtió de un posible colapso en la industria de los bienes raíces china.
En el peor de los casos, la economía china se ralentizaría de modo dramático o entraría en recesión el próximo año, mientras la crisis financieras estadounidense reverbera en todo el mundo. Eso hundiría los precios del petróleo más rápido que cualquier otra fuerza.
Pero por ahora, la mayoría de economistas creen que es poco probable, lo que significa que China se mantendría como el principal remolque del crecimiento de los mercados de commodities. Incluso con Estados Unidos y Europa de capa caída, se espera que la economía china crezca un 9% o un poco más el próximo año. Los viajes por carretera y aire siguen en expansión. Las importaciones de petróleo en agosto escalaron un 11% respecto a agosto de 2007, según Barclay's Capital.
"Creemos que la demanda subyacente sigue siendo sólida" en China, a pesar de los últimos contratiempos, escribieron analistas de la industria petrolera de Citigroup en una nota a sus clientes la semana pasada. El banco dijo que espera que la demanda china de petróleo siga creciendo entre 4,5% y 5,5% al año durante los próximos dos años.
Incluso si las exportaciones de China caen, el país podría usar sus grandes reservas de divisas para financiar nuevos proyectos de infraestructura pública, desde carreteras y presas a complejos de vivienda y plantas energéticas — lo que impulsaría la demanda de materias primas. El gasto gubernamental en infraestructura creció 42% en el primer semestre comparado con 19% en el mismo periodo en 2007, según CLSA, una firma de corretaje con sede en Hong Kong.
El gobierno chino ha tomado otras medidas para mantener fuerte el crecimiento, incluyendo bajar tasas de interés, eliminar cargos a las pequeñas empresas y subir los reembolsos a los impuestos de exportación para algunos productos.
Los grandes productores de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) — sobre todo Arabia Saudita — se disponen también a reducir la producción si los precios bajan. La menor demanda en Estados Unidos, el mayor consumidor de petróleo, ha ayudado a reducir la presión en el mercado global de petróleo en los últimos meses. Pero Arabia Saudita ya ha empezado a reducir sus envíos de petróleo en las últimas semanas tras incrementar la producción en más de 500.000 barriles al día este verano.
Algunos analistas dicen que los sauditas, junto con Irán y tal vez Venezuela, podrían reducir la producción total de la OPEP en hasta un millón de barriles diarios en los próximos meses si los precios caen muy por debajo de los US$90 por barril, o si los inventarios de petróleo crecen demasiado. Los ministros de la OPEP tomaron un paso ambiguo hacia un recorte de producción en su reunión en septiembre, y podrían tomar acciones más determinantes cuando se reúnan de nuevo en diciembre.
El mundo consumo en la actualidad cerca de 86,5 millones de barriles al día. La OPEP provee casi el 40%. Incluso con la menor demanda en Estados Unidos y Europa, la mayoría de analistas sigue pronosticando que China y Oriente medio ayudarán a impulsar la demanda global de petróleo el año que viene en hasta 800.000 barriles diarios.
"En el lado de la demanda, veo anclas sólidas en el este de Asia y Oriente Medio", dijo David Kirsch, analista de PFC Energy, en Washington. El lado de la oferta, dijo "está limitado exclusivamente a la OPEP".