Por Manuel F. Ayau Cordón
Prensa Libre
¿Sabía Ud. que la Corte Suprema de Justicia de EE. UU., en junio, declaró inconstitucional la prohibición de tener armas en la ciudad de Washington, DC? Para mientras, en Guatemala ya no tardan en pasar la Ley de Protección a los Criminales. Se trata de desarmar a las víctimas, para que los asaltantes sepan que no corren riesgos cuando cometen sus asaltos, asesinatos y violaciones.
En vez de apretarse el cincho y reordenar prioridades, como lo ha tenido que hacer toda la gente, el Gobierno de Guatemala quiere cobrarle más impuestos a la gente, y chantajea a la ciudadanía diciéndole que si no paga más impuestos, que se aguante los crímenes.
¿Sabe Ud. que la Junta Directiva del Banco de Guatemala casi paralizó la industria de la construcción con la inoportuna alza de intereses? El efecto de un alza de los intereses en el precio de una casa comprada a largo plazo es devastador, pues los pagos mensuales al principio son principalmente pago por intereses. Ejemplo: si el interés sube de 8 a 10 por ciento, ¡representa casi un 20 por ciento en las mensualidades para comprar la casa!!! Eso descalifica a miles de compradores, dejando a muchos más trabajadores sin empleo. La tasa de interés forzada por arriba de lo que el mercado determinaría, asfixia específicas actividades —Ej. la construcción—, mientras artificialmente beneficia a otras —Ej. el ahorro— y, si es forzada más abajo de lo que pide el mercado, igualmente beneficia a específicas actividades, pero fomenta sobreinversión en otro sector, el cual tarde o temprano se desploma, como ocurre hoy en el mercado inmobiliario de EE. UU. La actual crisis demuestra que el mercado es implacable en la corrección de distorsiones artificiales que desvían antieconómicamente la asignación de recursos. Y este evento solo nos lo explica la injustificada pretensión de conocimiento, la falta de humildad, de las autoridades.
No cabe duda de que el mundo está loco, loco: las dos enormes empresas semiestatales de hipotecas garantizadas de EE. UU., Fannie Mae y Freddy Mac, reguladas y vigiladas por varias agencias del Gobierno de EE. UU., en efecto empresas socialistas maquilladas como privadas, juntamente con el banco central (el FED), también manejado por su Gobierno, causan una gran crisis en el mercado hipotecario, convirtiendo en rentable inversiones inmobiliarias antieconómicas, hasta que la crisis explota. Los neosocialistas anuncian que falló el capitalismo, porque EE. UU. es el país que más simboliza el capitalismo, aunque ya mucho de su economía ha sido socializada al estilo nazista. El creador del socialismo nacional —NAZI, por sus siglas—, Adolfo Hitler, decía que la propiedad privada de los medios de producción se mantendrá “formalmente” privada, pero como él ordena y regula lo que hacen, su gobierno era el verdadero dueño. De todo eso no han tomado nota los neosocialistas que culpan al mercado por la crisis, cuando en realidad es la distorsión e intromisión del Gobierno en el mercado lo que la causó. Con esa “rigurosidad” de análisis económico e histórico, no podemos ser optimistas para el futuro y, aunque temporal y aparentemente se recuperen los mercados con más distorsiones para incentivar inversiones, recordemos que no hay almuerzo gratis.
El costo del intento autoritario de salvar a unos provocará crisis donde menos se la esperan. El neosocialismo y neomercantilismo fracasarán.