Por Leonor Filardo
CEDICE
En mi artículo sobre "La burbuja de las materias primas", publicado en El Universal el 26-05-2008, expliqué lo que contribuyó a las burbujas de las hipotecas y materias primas: expansión monetaria sin respaldo (creación de dinero inorgánico), que afectó la estructura productiva y de precios relativos de bienes e instrumentos financieros. Este exceso de liquidez es el resultado del triunfo de la escuela Bancaria sobre la Monetaria hace cuatro siglos.
La Bancaria contempla la concesión del privilegio gubernamental a la banca comercial de crear dinero de la nada, manteniendo encajes pequeños sobre depósitos a la vista, mientras presta el resto.
La Monetaria, por el contrario, exige que la banca cumpla con reglas tradicionales de derecho de mantener en caja 100% de sus depósitos a la vista. Según la escuela de economía austriaca, adicionalmente, se cometió el error de crear la banca central a la cual se le otorgó el monopolio de la emisión, conjuntamente con el manejo de la política monetaria. Esto, combinado con el sistema de reservas fraccionarias de la banca a lo largo de la historia, demuestra que la solución ha sido una bomba Molotov, pues fomenta la expansión monetaria indiscriminada, la cual explica los ciclos económicos y crisis financieras abruptas. En Estados Unidos han ocurrido más de diez, todas generadas por la misma razón: exceso de intervencionismo estatal. En esta ocasión por las hipotecas de alto riesgo. Veamos.
En la época de Roosevelt se crea un banco hipotecario estatal, el Fannie Mae, y al final de los sesenta, Freddy Mac, conocidos como los FF. Ambos fueron privatizados, pero implícitamente estatizados porque su objetivo es el otorgamiento de garantías gubernamentales a los bancos que prestan para la adquisición de viviendas residenciales.
En 1977 se aprueba la Ley de Reinversión de las Comunidades para ayudar a los pobres. En el gobierno de Clinton se reforzó la ley mediante la flexibilización de los requisitos para garantizar hipotecas de alto riesgo y titularizar hipotecas con garantía del Gobierno, las cuales se vendían a los bancos de inversión. La capacidad de pago de los prestatarios no era requisito para recibir un préstamo. Algo parecido a lo que hace el Banco Industrial de Venezuela, que lo han quebrado varias veces.
Por otra parte, el banco central de Estados Unidos (SRF), a partir de 2000, bajó drásticamente la tasa de interés interbancaria: en 554%. Como el mercado de acciones había sufrido un serio revés, parte de la liquidez se canalizó al sector inmobiliario, generando la orgía hipotecaria ($11 trillones). Pero la expansión también contribuyó al incremento del déficit comercial, al debilitamiento del dólar y al incremento de la inflación. Por ello, el SRF subió las tasas de interés y la burbuja inmobiliaria empezó a espicharse en 2006. Cuando el mercado hipotecario se desplomaba, la mayoría del Congreso obligó a los FF a intervenir para sostenerlo.
El SRF creyó que bajando las tasas de interés aliviaría el problema, pero lo que generó fue una nueva burbuja, la de las materias primas (petróleo, oro, etc.). Además a mediados de 2008 la economía real ya había recibido choques simultáneos: altas tasas de interés, restricción del crédito, subida del precio de las materias primas y pérdida de valor de los activos que sustentan las hipotecas.
Es evidente que la crisis ocurre por el intervencionismo estatal que, según los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos, la conchupancia de algunos políticos con los FF generó una profunda corrupción. Con la excusa de proteger a los pobres lo que hacen es corromper al sistema.
El capitalismo no puede derrumbarse porque es un sistema social basado en el reconocimiento de los derechos individuales, donde la propiedad privada constituye el eje fundamental, que permite a los ciudadanos de un país el intercambio voluntario del trabajo, del capital y de los bienes producidos, y al Gobierno le corresponde crear las instituciones que garanticen ese intercambio de una manera ética y armoniosa. El capitalismo ha sido altamente exitoso en generar la prosperidad de los pueblos, lo que lo daña es la corrupción del intervencionismo estatal.