Por Alejandro A. Tagliavini
Fundación Atlas 1853
Como la "pax soviética", la represión al punto que el país parecía tranquilo, nacionalizaciones y controles mediante, la UE y EE.UU. "tranquilizaron" al mercado financiero, como a un loco con una camisa de fuerza. Pero, así el mercado no podrá trabajar potenciándose la depresión.
De poder calcularse el pasivo de la economía global, el capital sería inferior al 20%, de los cuales menos del 50% cotiza en Bolsa. El resto es deuda y crédito, precisamente, el mercado que destrozaron creando una burbuja financiera a partir de tasas de los bancos centrales, BCs, artificialmente bajas. El tiro de gracia son estos "planes de salvataje": todavía más regulaciones y estatizaciones.
Precisamente, porque la motivación no es económica (la eficiente utilización de los recursos, so pena de quebrar) la empresas estatales y los burócratas reguladores son incapaces de servir al mercado que pasa a ser una víctima de la política.
El espectacular rebote de las bolsas (por caso, el lunes 13 Madrid tuvo la mayor subida de su historia) se debió en parte a la excesiva bajada anterior y a la masiva propaganda en favor de los "planes de salvataje". El Dow Jones venía de su mayor caída histórica semanal: 18,15%.
Si los fondos sacaron mucho dinero de las bolsas, la burocracia estatal se esforzó con reconocido éxito para ahondar la bajada. Prohibiciones, regulaciones y autorregulaciones para, supuestamente, evitar que se negociaran acciones a precios irrisorios pero cuyo efecto real fue evitar que, estando en mínimos, el mercado pudiera rebotar (i.e. el salto de stop-loss, pérdidas limitadas, los niveles técnicos y los fondos con estrategias VaR).
Terminada la efímera euforia, es probable que las bolsas comiencen un camino abúlico. Para el FMI el mundo crecería, en 2008, 3,9% y solo 3% (EE.UU. 0,1% y la zona euro 0,2%) en 2009. La lenta recuperación llegaría a fines del año entrante. Pronóstico muy optimista, a mi modo de ver.
Para Credit Suisse, con el mercado de crédito cerrado, las economías se pueden contraer 3%. No estará cerrado pero, en manos estatales, caerá en un pozo de notoria ineficiencia.
Según el FMI, las pérdidas directas que la crisis financiera provocará a entidades de todo el mundo será de US$ 1,4 billones. Dinero que aportarán los "salvatajes" implementados por los Gobiernos, es decir, los consumidores más pobres. En Inglaterra el plan de salvataje equivale al 35% del PIB.
La parte más delicada es la restauración del mercado interbancario. La Fed, al igual que el Banco Central Europeo (BCE), dotaron de liquidez prácticamente ilimitada. Además, la acción coordinada de los BCs llevó al BCE a rebajar la tasa al 3,75% y la Fed al 1,5%. Irónicamente, avivaron el pánico.
Estas rebajas no llegan a empresas y familias y tiene poco efecto en el interbancario. La líbor alcanzó el máximo desde diciembre, 4,75% (en USD a tres meses), y el euríbor a un año llegó al 5,512%, cerca del máximo histórico. Sucede que el mecanismo esta trabado entre las regulaciones y la burocracia estatal.
Los commodities bajan más por las ventas de 'hedge funds' que por una contracción del consumo. El cobre cae 44% en siete meses, el níquel 55% y el zinc 41% durante 2008. El crudo cayó 50% en tres meses y la soja por debajo de los US$ 320/tn. Los fondos no recomprarán y el consumo sigue en baja.
Porque sus gobiernos menos han interferido, mejor parados están los asiáticos. Japón (10% de PIB global) tiene US$ 1 billón en reservas, China (crecería 9% en 2009) 2 billones y acumula diariamente 2.000 millones. Dos terceras partes están en bonos del Tesoro y otras monedas extranjeras.
En Argentina el crédito va camino de desaparecer. Aun cuando la tasa de interés subió fuerte, la desconfianza hace que el promedio de los plazos fijos ronde solo 40 días. El riesgo país toca las nubes. Empresas forestales, textiles, del calzado, automotor y de motos ya suspendieron personal. En dos meses, las compañías que cotizan en la bolsa porteña perdieron más de US$ 100.000 M.
Subir al dólar y mayores trabas aduaneras, provocará una suba del IPC, deprimiendo el consumo. Además, es políticamente incorrecto alejarse del mercado asiático que promete ser el único en crecer. En cambio, al contrario de Macri, hay que bajar el "costo argentino": todas las cargas fiscales y las trabas burocráticas.