Por Hugo J. Faría
El Universal
A raíz de la crisis financiera originada en Estados Unidos vemos a representantes del Ejecutivo, como el propio Presidente, y de la oposición, como el señor Teodoro Petkoff, en estar una vez más de acuerdo en materia económica: esta crisis es un preludio al colapso del capitalismo. El gran ganador de la retórica anticapitalista de Petkoff y compañía es el empresariado ineficiente mercantilista del país porque no hay capitalismo sin competencia y parte de nuestro empresariado se enriquece destruyendo competencia.
La crisis financiera, ¿es falla del Gobierno o falla del capitalismo de mercado? Primero, el Banco de la Reserva Federal inunda al mercado con liquidez, particularmente a partir del 2003, propiciando tasas de interés reales negativas que abarataron artificialmente el financiamiento inmobiliario y dando lugar a la elevación de los precios de los bienes raíces. El exceso de liquidez además promovió la elevación de los precios del oro, petróleo, COMMODITIES en general y del euro. Es decir, a la devaluación generalizada del dólar.
Segundo, el Gobierno crea Fannie Mae en 1938 y Freddy Mac en los setenta para estimular el mercado de viviendas permitiéndoles comprar hipotecas originadas por la banca. Estas hipotecas son empaquetadas y en base a ellas se emiten instrumentos (titularización) denominados MORTGAGE BACK SECURITIES (MBS) que son vendidas a inversionistas, banca de inversión e incluso a gobiernos extranjeros.
A partir de mediados de los noventa el Congreso Americano y el ministerio de HOUSING AND URBAN DEVELOPMENT le exigen a Fan y Fred que un elevado porcentaje de las hipotecas que compran deben corresponder a familias de bajos ingresos. Para el 2005 el 22% de las hipotecas compradas corresponden a familias con ingresos un 60% por debajo de la media del ingreso del área donde habían adquirido la vivienda.
Tercero, en 1977 el Congreso aprueba el COMMUNITY REINVESTMENT ACT que obliga a los bancos comerciales a otorgar créditos a personas de bajos ingresos y en regiones del país deprimidas. Estos créditos también fueron titularizados y los compraron Fan y Fred entre otros.
De modo que si hay un mandato político de generar créditos de dudosa calidad, (préstamos Ninja, NO INCOME, NO JOB, NO ASSETS) y Fan y Fred los compran, es de suponer que los bancos los van a generar. Sin querer eximir de responsabilidad personal a los prestamistas y prestatarios, yo veo aquí fundamentalmente un fracaso gubernamental más que una falla del mercado.
Finalmente, una regla contable, (no de mercado), llamada MARKING TO MARKET la cual obliga a las empresas financieras a reflejar el valor de mercado de sus instrumentos financieros. Como el mercado está paralizado estos activos tienen un precio muy bajo a pesar de que siguen generando flujos de caja regularmente. Este bajo precio es contabilizado como si fuera una pérdida la cual podría detonar requerimientos de nuevo capital, inducir una liquidación o propiciar la venta de la empresa.
Algunos argumentan que la causa de la crisis es la desregulación del sistema financiero iniciada durante el gobierno de Reagan. Observo que gracias a la desregulación los bancos han resistido mejor porque han podido invertir en más diversidad de activos y han logrado una mayor diversificación geográfica. Es más, gracias a la desregulación la banca comercial ha podido adquirir bancos de inversión que se encontraban en aprietos financieros. Llama la atención que son precisamente los entes financieros menos regulados, HEDGE FUNDS Y PRIVATE EQUITY FUNDS, los que han tenido menos repercusiones traumáticas para la economía y los ciudadanos.
La regulación moderada es necesaria. No obstante, reconozcamos que la regulación no es una panacea. Ninguno de los entes regulatorios del gobierno americano alertaron sobre esta crisis o impidieron las prácticas que la originaron.
Esta crisis igual que la depresión de los treinta la indujo erróneas políticas gubernamentales. La depresión se debió más a la elevación de los aranceles en 1930, el aumento de los impuestos y la reducción de la oferta monetaria que a los excesos del capitalismo como inicialmente y equivocadamente hizo creer Keynes. El Gobierno tiene un papel insustituible en la economía y es el de crear la infraestructura legal que protege los derechos básicos de las personas, estimular la formación del capital humano erradicando endemias, realizar obras de utilidad pública que el sector privado no pueda llevar a cabo y crear un marco regulador que apuntale el buen funcionamiento de los mercados. Es decir, subsanar las verdaderas fallas del mercado.
El gobierno de Estados Unidos debe aprender de sus errores para no inducir crisis innecesarias del capitalismo, propiciar la viabilidad del sistema financiero y no rescatar a los gerentes y accionistas, evitando la socialización de las pérdidas. Si el capitalismo, el cual es inherente a la naturaleza humana, llega a su fin será por brutal imposición gubernamental al estilo soviético.