Por Fernanda Montero
Bajo el Sol
Si es cierto que todos somos víctimas innegables del descalabro financiero por el que atraviesa este país, también es cierto que si no tomamos las medidas necesarias ahora mismo, podremos tener mucho más que lamentar.
Es tiempo de ahorrar, no de gastar.
Y a la hora de gastar, es hora de que olvidemos los plásticos multiplicadores de intereses, mejor conocidos como tarjetas de crédito y nos limitemos a gastar lo que tenemos, basados en un presupuesto con prioridades claras que no exceda nuestras capacidades.
No gaste lo que no tiene. No es tiempo de extender sus deudas ni de adquirir tarjetas de crédito ni de comprar a plazos, asumiendo cuotas eternas con intereses que seguramente irán en aumento.
Si tiene trabajo: ¡Cuídelo! El rescate económico que aprobó el congreso estadounidense, puede – y ojala lo sea – ser un paliativo para el delicado estado de la económica actual, pero como dice el viejo refrán, mas vale prevenir que curar.
Recuerde, es indispensable programar los gastos basándose en las prioridades suyas y de su familia. Renta, alimentación, transporte, salud y educación deben estar en primera línea. Recuerde que muchas veces hay cosas que queremos pero que no necesitamos, oblíguese a preguntarse si realmente lo necesita cada vez que quiera comprar algo.
No es momento para gastos desmedidos, es tiempo de hacer un esfuerzo – si le es posible – y resguardar parte del dinero que entra, con el fin de tener un fondo de recursos del que poder apoyarse en caso de ser necesario.
Nunca se sabe cuando se presenta una situación que requiera exceder nuestro presupuesto, por eso el ahorro con o sin crisis financiera, es siempre un comportamiento muy sano, claro, si no quiere infartar cuando no pueda resolver un imprevisto.
Además siempre hay formas de evitar gastos innecesarios y ahorrar - aunque sea un poco – a la hora de conducir, por ejemplo, recuerde que la alta velocidad, arrancar en picada acelerando bruscamente o frenar repentinamente son acciones que exigen una mayor cantidad de combustible, el combustible cuesta dinero, si manejamos con prudencia estaremos ahorrando dinero.
Compartir su ruta, y los gastos en gasolina, con algunos de sus vecinos es una buena idea, además, recuerde que al organizar sus horarios y la cantidad de salidas inteligentemente; en lugar de hacer varios recorridos partiendo de su casa cada vez, esta ahorrando tiempo y gasolina: ¡dinero!
Un poco de cordura y de sentido de la prevención pueden ayudarnos a evitar que la crisis nos perjudique exageradamente y controlando nuestros gastos y haciendo un esfuerzo por ahorrar un poco podemos evitarnos más de un dolor de cabeza.