Por José Raúl González Merlo
Prensa Libre
Joseph Goebbels, el infa- me ministro de propaganda de Adolfo Hitler estaría orgulloso de la publicidad oficial. Si pasa la “modernización fiscal”, habrá seguridad, empleo y se acabará la corrupción, promete el gobierno. Dicen que a Goebbels le gustaba afirmar: “Solamente hay que repetir una mentira el suficiente número de veces para que la gente la termine creyendo…” Ese refrán se pondrá a prueba con el nuevo despilfarro de fondos en el que nos ha embarcado el gobierno con su nueva campaña proselitista a favor del incremento de impuestos. ¿Se creerá el pueblo semejante promesa?
¿Seguridad? ¿Corrupción? ¿Conoce a alguien que haya sido víctima de la criminalidad recientemente? ¿O ha sido usted la víctima? ¿Cree que se necesita más dinero o más inteligencia para obtener resultados? Hace dos semanas, me enteré de que una familia amiga fue víctima de un asalto y tortura por parte de dos autopatrullas de la Policía en la carretera a El Salvador… ¡De nuevo! ¿Cuánto más dinero sobre los Q44 mil millones que gastará este gobierno este año se necesita para tomar control de un área que lleva más de dos años de ser un conocido lugar de asaltos por parte de las mismas ¡fuerzas de seguridad!? El gobierno dice que necesita siete mil millones más, y por ello se está gastando otros tantos millones en una campaña de propaganda para convencernos.
La campaña parece ir bien. La Comisión de Finanzas del Congreso está a pocos votos de dar su “dictamen favorable”. De ahí pasará al pleno del Congreso, en donde el Ejecutivo también se siente confiado de contar con suficientes votos. Ojalá que se equivoquen. Y ojalá que los diputados no solo se fijen en las tasas de impuestos, sino que también le pongan atención a los cambios del Código Tributario. Esto último es peor que los incrementos en las tasas de impuestos, ya que dan total poder discrecional para que ciudadanos y políticos de oposición sean objeto de un literal terrorismo fiscal. No nos engañemos, las facultades discrecionales en manos del cobrador de impuestos es una receta para abusar de la ley. Y tengan la seguridad de que así se hará.
Yo no me creo la propaganda, y usted tampoco debería. Antes de atreverse a pedir un centavo más, el gobierno debe atreverse a dar resultados. No solo se trata de repartir y regalar. Se trata de proteger a los ciudadanos y de contar con un gobierno de facultades limitadas, para prevenir abusos. Eso está aún lejos de verse. Los ciudadanos debemos hacer llegar este mensaje a nuestros diputados, para recordarles que no nos hemos olvidado de sus promesas de campaña de no subir impuestos. Esta semana es crítica. No pierda el tiempo, y hágase escuchar. No más impuestos. No más corrupción.