Globovisión, la única televisión venezolana que sigue informando de lo que realmente sucede en ese país, cumplió 14 años el 1 de diciembre. Es falso, como arguye el Gobierno venezolano, que se fundara para atacar a Chávez. El verdadero problema es que el presidente venezolano no acepta ninguna interpretación o descripción del mundo distinta de la suya, tanto sobre los sucesos internos como de lo que pasa en el resto del mundo.
La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) amenazó a Globovisión, el 26 de noviembre, con un "procedimiento administrativo sancionador por presunta infracción a la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión".
Lo que verdaderamente molesta a Chávez es que los venezolanos prefieran ese canal, mientras que él tiene que obligar a todas las cadenas a retransmitir sus interminables, vulgares y vergonzosas peroratas, a costa de sufrir una audiencia inferior. Chávez, al despotricar contra Globovisión, está en realidad admitiendo que esa televisión goza de una inmensa cantidad de telespectadores, quienes en lugar de ver las cadenas estatales y las de sus seguidores, optan por enterarse en Globovisión sobre lo que de verdad ocurre en el país.
Por su parte, VTV, el principal canal del Gobierno, utiliza la más moderna y costosa tecnología, ya que es la que más gasta en la producción de programas, pero los venezolanos ya están hartos de la propaganda chavista. Así, la audiencia de VTV se derrumba y Globovisión la supera cada día más.
Durante la celebración del decimoquinto aniversario, el presidente de Globovisión, Guillermo Zuloaga, recordó que el año pasado el Gobierno venezolano no le renovó la licencia de transmisión a RCTV, fundada en 1954, porque Chávez consideraba que era una cadena golpista: "Era el canal de mayor audiencia, a nivel nacional, el que de verdad preferían los venezolanos. Le quitaron la señal abierta para poner otro que ni los afectos al presidente ven".