Por Leonor Filardo
En su campaña presidensial, Barack Obama anunció que hablaría incondicionalmente con los enemigos de Estados Unidos. Su primera decisión fue cerrar Guantánamo, por eso Fidel Castro dijo que era un hombre bueno y envió a Chávez una misiva solicitándole darle una oportunidad al nuevo mandatario norteamericano. Suponemos que Castro espera que Obama trate a Venezuela como a igual. Veamos qué significa igualdad para Chávez e incondicionalidad para Obama.
Igualdad, para Chávez, es que Obama respete la barbarie de su gobierno, pero ello contradice el credo de Obama: 1. Orgulloso de ser el 44 Presidente que se juramenta pacíficamente, lo hizo sobre la Constitución de 221 años, cuyas enmiendas han incorporado los derechos de los ciudadanos: libertad de expresión, de prensa, de religión, del debido proceso, limitación del período presidencial y del Congreso y la abolición de la esclavitud.
Chávez se juramentó calificando la Constitución de "moribunda". Convocó una Constituyente y luego promulgó "la mejor Constitución del mundo", pero como no le servía a sus propósitos, propuso un referendo para reformarla. El pueblo le dijo NO el 2-D. Ahora ordena una nueva consulta para enmendarla a fin de reelegirse indefinidamente.
2. El reverendo Warren inició la toma de posesión encomendándole Obama a Dios. En su discurso el Presidente invocó varias veces al Supremo. Hoy nos reunimos porque hemos elegido la esperanza sobre el temor, la unidad de propósitos sobre el conflicto y la discordia. Chávez tiene una guerra con la Iglesia, con los judíos, con los jóvenes. Venezuela, junto con Bolivia, rompió relaciones con Israel, ataca al Cardenal, y grupos armados ponen bombas en la Nunciatura sin que el Gobierno los condene.
3. Obama habló de sus principios, heredados de los padres fundadores: ellos redactaron una Carta para garantizar el imperio de la ley y los derechos humanos. Somos guardianes de este patrimonio. Guiados por ellos, podemos hacer frente a esas amenazas que exigen mayor esfuerzo, mayor cooperación y entendimiento entre las naciones. En Venezuela no existe separación de poderes, ni Estado de Derecho, ni respeto a los derechos humano. No hay principios.
4. Obama agregó: ha llegado el momento de elegir nuestra mejor historia, de llevar hacia adelante ese valioso don que ha pasado de generación en generación: la promesa Divina de que todos somos iguales, todos somos libres y todos merecemos la oportunidad de alcanzar la felicidad plena. Chávez se vale de todos los medios para restringir nuestras libertades.
5. Obama citó la grave crisis económica que enfrenta y la necesidad de emprender acciones audaces para reanudar el crecimiento: a los que manejamosel dinero público se nos pedirán cuentas para gastar con sabiduría, cambiar los malos hábitos y hacer nuestro trabajo a la luz del día, sólo entonces podremos restablecer la confianza vital entre un pueblo y su gobierno.
En Venezuela se despilfarra el dinero sin control. A pesar de la profunda crisis que vivimos, Chávez insulta la inteligencia de los ciudadanos al decir que aunque el precio del petróleo llegue a cero, no nos afectará. Luego ordena extraer $12.543 millones de las reservas internacionales, en momentos en que la inflación de Venezuela es la segunda más alta del mundo. Esa medida acabará con el poco poder adquisitivo que nos queda.
6. Obama envió un claro mensaje: aquellos líderes en distintas partes del mundo que pretenden culpar a Occidente de los males de sus sociedades, sepan que sus pueblos les juzgarán por lo que pueden construir... Aquellos que se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y la represión de la disidencia, tienen que saber que están en el lado equivocado de la Historia; pero les tenderemos la mano si están dispuestos a abrir el puño.
7. El 22 de enero el secretario adjunto para América Latina, James Steinberg, declaró en el Congreso: tenemos la intención de desempeñar un papel activo en América Latina con un enfoque positivo, que evite dar excesiva importancia a Chávez y a sus tétricos intentos de dominar la agenda regional. Tenemos la intención de llevar a cabo una diplomacia clara con Venezuela incluyendo contactos directos para servir a nuestros intereses nacionales, como es el poner fin a los vínculos de Venezuela con las FARC y cooperar en la lucha contra los estupefacientes. ¿Puede haber incondicionalidad? El Presidente a lo mejor no conocía estas declaraciones cuando se sumó a las alabanzas de Castro.