Por Luis Enrique Pérez
J. Scott Armstrong es cofundador de Journal of Forecasting (que es un periódico sobre prognóstico meteorológico). Es autor del libro Long-Range Forecasting (o Prognóstico de Largo Alcance), el más frecuentemente citado sobre métodos de prognóstico. También es autor del libro Principles of Forecasting (o Principios de Prognóstico), declarado “libro favorito” por el Instituto Internacional de Prognóstico. Durante casi cinco décadas se ha especializado en métodos de predicción.
Armstrong elude afirmar que el calentamiento global es un fraude, como afirma John Coleman, fundador de Weather Channel. Empero, lo insinúa, con esta afirmación: el calentamiento global “es una falsedad interesada”, de la cual se benefician “miles de burócratas y políticos que intentan convencernos de que el mundo está en peligro y de que los necesitamos para salvarnos, y de que tenemos que pagar sus sueldos.” El calentamiento global es, pues, un negocio de burócratas y políticos (aunque no sólo de ellos).
La tesis de Armstrong es que “no hay ninguna prueba sólida de que la Tierra se calienta”; y afirma que, “en realidad, la temperatura del planeta está disminuyendo desde el año 1998, como lo ha demostrado el científico Robert Carter…” Una prueba de esa disminución es que “en la Antártica hay más hielo que el que hubo durante el último siglo”. Adicionalmente, no hay “excesivo dióxido de carbono en la atmósfera”.
Un reporte del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, patrocinado por la Organización de Naciones Unidas, prognostica que durante el resto del siglo presente habrá un catastrófico calentamiento global. Armstrong argumenta que el reporte “emplea modelos de predicción adornados con matemática gratuita, que son meras conjeturas.” Esos modelos transgreden por lo menos 72 principios científicos de prognóstico. Y le sorprende a Armstrong, no el discutible producto de esos modelos, sino que ese producto sea aceptado dogmáticamente, y constituya el fundamento de decisiones políticas carísimas.
Armstrong insiste en argumentar que los autores de ese reporte opinan sobre el clima futuro del planeta; pero esas opiniones no son prognósticos científicos. Adicionalmente, es difícil prognosticar el clima que habrá durante un largo período de tiempo. Y aún si fuera posible prognosticarlo, todavía sería necesario prognosticar el efecto benéfico o maléfico que ese cambio provocaría. Por ejemplo, el calentamiento podría ser más benéfico que el enfriamiento.
Aun si hubiera un efecto maléfico, sería necesario prognosticar el costo y el beneficio de reducirlo. El beneficio podría ser mayor que el costo; o el costo podría ser mayor que el beneficio. Armstrong afirma que un análisis de costo y beneficio es recomendable porque la evidencia disponible sugiere que durante las próximos años la temperatura puede, con igual probabilidad, aumentar o a disminuir.
Post scriptum. Armstrong afirma que “el principio de precaución”, que admite la posibilidad de calentamiento global, no es científico sino político, porque igualmente habría que admitir la posibilidad de enfriamiento.