Por Michelle Roberts
La Opinión, Los Angeles
El programa de detención de inmigrantes sin papeles en Estados Unidos ha crecido en el último decenio, dando lugar a un sistema costoso que se suponía debía atrapar delincuentes y asegurarse de que los indocumentados fuesen expulsados rápidamente.
No obstante, un análisis por computadora realizado por The Associated Press de cada uno de los detenidos en un domingo reciente muestra en cambio que la mayoría de los arrestados no tiene antecedentes delictivos y que muchos no estaban preparados para salir del país, ni voluntariamente ni por deportación.
La noche del 25 de junio pasado había 32 mil personas en centros de detención de inmigrantes, según una base de datos oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), obtenida bajo la Ley de Libertad de Información.
Los datos revelaron que más de la mitad, 18,690, no tenían antecedentes penales, ni siquiera por ingreso ilegal al país u otros delitos menores. Más de 400 de las personas sin historial delictivo llevaban encarceladas más de un año. Una decena llevaba presos tres o más años. Un hombre procedente de China tenía más de cinco años de estar detenido.
Casi 10 mil habían estado bajo custodia más de 31 días, el tiempo promedio de permanencia entre rejas que según el ICE demuestra su manejo eficiente de las detenciones.
Las condiciones para obtener una fianza, que son excepcionalmente duras, se ven exacerbadas por la violación de las reglas sobre cuánto tiempo pueden estar detenidos los inmigrantes.
Con base en un dictamen del 2001 de la Corte Suprema, el ICE tiene unos seis meses para deportar o dejar en libertad a los inmigrantes cuyos casos hayan sido decididos, pero los abogados de inmigración dicen que usualmente se hace caso omiso de ese plazo. En los datos obtenidos, 950 personas estaban en esa categoría.
