Llevamos toda la semana escuchando loas a la juez Sotomayor ante la expectativa de que se convierta en la primera hispana que llegue al Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Bien está. Aunque sería conveniente preguntarse si además de llegar ahí por sus raíces hispanas lo hace por su currículo profesional. Y ahí las dudas brotan como nunca logran hacerlo los brotes verdes que augura el gobierno de Zapatero.
El presidente Obama ya nos ha dicho que quiere a Sonia Sotomayor en el Supremo para que sus decisiones se vean moldeadas por la peripecia vital de una hija de inmigrantes puertorriqueños, nacida en el Bronx y criada sólo por una madre, que después logró estudiar en Princeton y Yale. Que Sotomayor está convencida de la importancia de su experiencia vital, lo dejó claro en un artículo publicado en 2002 en el «Berkeley La Raza Law Journal» donde marcaba distancias con una mujer del Supremo.
"La juez O´Connor ha sido citada muchas veces diciendo que un veterano hombre sabio y una veterana mujer sabia llegarían a la misma conclusión al juzgar casos decisivos. Creo que no estoy de acuerdo con eso. Primero, no hay una definición universal de sabio. Y segundo, yo esperaría que una sabia mujer latina con la riqueza de su experiencia, lograra la mayoría de las veces mejores conclusiones que un hombre blanco que no haya vivido su peripecia". Y eso es exactamente lo que Obama le ha pedido que haga en el Supremo. Aplicar su experiencia vital y no la jurídica.
Mas si se trata de experiencia vital, quizá la juez Sotomayor se encontrase alineada en el Supremo con el juez Clarence Thomas, que perdió pronto a su padre, fue criado por su madre en una cabaña de Georgia sin agua corriente, al que no dejaron estudiar en el colegio público de Savannah por ser negro... Lo que pasa es que las experiencias de este negro no interesan a Obama: Thomas es conservador.
