Editorial -
Colombia es un país con tradición democrática y con una división de poderes bien establecida. En la Alcaldía de Bogotá se han sucedido representantes de diversas ideologías políticas y lo mejor es que todos han contribuido a mejorar la conducción de la capital. La descentralización del poder es un hecho así como la aceptación casi total a la lucha en contra de la narcoguerrilla de las FARC y del ELN.
Toda esta realidad es algo así como una espina clavada en el flanco de aquellos que pretenden imponer un régimen hegemónico, centralizado, sin separación de poderes y con exclusión de toda forma de gobierno que no responda a los intereses y fines del denominado socialismo del siglo XXI.
Durante años, el ELN fue el vehículo "revolucionario" que tenía el soporte de Fidel Castro. Más recientemente las FARC fueron el instrumento utilizado por el régimen chavista para debilitar la institucionalidad colombiana. Por ello, desde un principio, con gran imprudencia por parte del gobierno venezolano, éste se declaró como neutral en el anacrónico y delincuencial conflicto que azota a Colombia desde hace más de cincuenta años. Más tarde , ese mismo gobierno venezolano le pidió a la Comunidad Europea y a las Naciones Unidas que le dieran el estatus de beligerante a las FARC. Ese mismo gobierno le dio la nacionalidad venezolana a Rodrigo Granda- al denominado canciller de la guerrilla-. Por último, en las computadoras de Raúl Reyes quedó evidenciada la presencia de dirigentes de las FARC como Iván Márquez y otros, que utilizaban el territorio venezolano como refugio ante la acometida de las Fuerzas Armadas Colombianas.
Ahora, el Presidente Chávez acusa al Presidente Uribe de haber roto el pacto de silencio en el que, a cambio del comercio bilateral, se olvidaría de las implicaciones del contenido de las computadoras en lo referente a la intromisión e injerencia venezolana. Si bien es cierto que el comercio puede más que la verdad ,todo tiene un límite, y el caso reciente que tanta ira le causa a Chávez fue denunciado en junio, en un encuentro entre los cancilleres de ambos países. Y lo del uso de algunas bases militares colombianas por parte de Estados Unidos no se refiere a una presunta estrategia en contra de Venezuela sino que es un apoyo más al gobierno colombiano en su lucha en contra de la narcoguerrilla. En el maniqueísmo habitual del Presidente Chávez su oferta a Rusia para instalar bases en Venezuela era un acto de soberanía.¿ Lo que es bueno para el pavo no lo es para la pava?
¿No será que Chávez teme que el gobierno colombiano termine por derrotar militarmente a la narcoguerrilla y por lo tanto el modelo de gobierno democrático y no el pretendido revolucionario sea el que definitivamente se imponga en todo el territorio colombiano.? El peor enem