Por Jorge Ramos Avalos
Washington. - Los verdaderos perdedores del actual debate sobre la reforma al sistema de salud son los inmigrantes indocumentados. La mayoría no tiene seguro médico ni lo tendrá. El plan de salud del presidente Barack Obama no los incluye y varios republicanos los han convertido, una vez más, en el chivo expiatorio de todos los problemas del país.
Y, sin embargo, siguen aquí.
Hace unos días tuve la oportunidad de entrevistar al presidente Obama en la Casa Blanca junto con otros cuatro conductores de los programas políticos de la televisión norteamericana. De hecho, mi entrevista fue la número 123 que ha otorgado Obama desde que llegó a la presidencia; más que cualquier otro mandatario.
Todos preguntamos sobre los cambios al sistema de salud y sobre los comentarios del ex presidente Jimmy Carter de que parte de la actual oposición a Obama es por racismo. Pero el presidente no estaba de acuerdo. "Hay gente que, cínicamente, sólo quiere derrotarmente políticamente'', me dijo, "pero no hay nada nuevo en eso''.
Luego, cada entrevistador tomó su propio camino. Unos preguntaron sobre Afganistán, Rusia y la gripe A H1N1. Y yo pregunté sobre América Latina y los indocumentados.
¿Qué va a pasar con 12 millones de indocumentados? No va a pasar nada. Por ahora. "El plan (de salud) que hemos presentado, y quiero ser muy claro, no debe incluir a los trabajadores indocumentados'', dijo Obama. Podrán, si quieren, conseguir seguros privados. Pero no podrían obtener ayuda del gobierno ni un seguro público, si es que se llega a dar esa opción.
El problema es que esto obligaría a millones de personas a usar las salas de emergencia de los hospitales como su único recurso ante una enfermedad o accidente. Y eso es muy caro. ¿Acaso no se trataba, precisamente, de evitar esto?
"Quisiera resolver el problema migratorio, pero no puedo resolver todos los problemas al mismo tiempo'', respondió. "Y por ahora no estoy hablando sobre los indocumentados''.
Durante su discurso al Congreso, el pasado 9 de septiembre, el presidente Obama usó el término ``inmigrantes ilegales'' para referirse a los indocumentados. ¿Por qué el cambio de lenguaje si, durante su campaña presidencial, nunca les llamó así? Ese es el lenguaje que utilizan los críticos de los inmigrantes latinos.
"Yo estaba refiriéndome a la desinformación de mis opositores que promovían el miedo'', me explicó el presidente. "Así que, esencialmente, yo los estaba citando a ellos''.
Y casi al final, le hice al presidente la misma pregunta que he repetido en todas mis últimas entrevistas con él. ¿Va a cumplir su promesa electoral de tener una propuesta migratoria antes del próximo 20 de enero del 2010?
Cuando Barack Obama era candidato presidencial dijo lo siguiente el 28 de mayo del 2008: "Lo que yo puedo garantizar es que vamos a tener durante el primer año (de mi gobierno) una propuesta de ley migratoria''. Esto es lo que se conoce entre los hispanos como "la promesa de Obama''.
Esta fue la respuesta de Obama ya como presidente: "He dicho que esto se tiene que hacer. Y luego lo que he dicho es, empecemos a trabajar en una propuesta migratoria que, con el tiempo, pueda avanzar en el Congreso. Ahora, que la propuesta sea presentada el 15 de noviembre, el 15 de diciembre o el 15 de enero, ese no es el tema central. El reto es presentar una propuesta que pueda ser aprobada y tengo que ser realista. No me he echado para atrás (en mi promesa) de lograr esto, pero hay que reconocer que aún tengo otras cosas que hacer. Aprobar una reforma migratoria va a ser difícil, pero creo que lo podemos lograr''.
Al final de cuentas, los indocumentados no tienen prácticamente nada en Estados Unidos. Ni seguro médico, ni protección legal, y no les queda más remedio que creer en la palabra del presidente. Para ellos, Obama es la única opción. Y él ya lo sabe.