Editorial -
Raras veces la libertad de cualquier tipo se pierde de golpe, escribió el filósofo escocés David Hume. La esclavitud tiene un aspecto tan horroroso para los hombres acostumbrados a la libertad que debe aproximarse poco a poco y disfrazarse de miles de formas para ser recibido, escribió.
Así es en Venezuela, donde Hugo Chávez ha estrechado lenta pero constantemente su control político desde que llegara al poder en 1999. La semana pasada, apretó un poco más.
Este jueves, las autoridades de inteligencia militar venezolanas detuvieron brevemente al presidente de Globovisión, el último grupo de medios independiente que queda en el país. Según la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, Guillermo Zuloaga se encuentra bajo investigación por criticar a Chávez por el cierre de varias compañías independientes de medios durante la reciente reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa en Aruba. Zuloaga dijo que se había perdido la libertad de prensa.
Ortega dijo que se investigaba a Zuloaga por divulgar información falsa y por hacer comentarios "ofensivos" al presidente. El propietario de Globovisión fue liberado pero no puede salir del país hasta que se complete la investigación. Zuloaga enfrenta de tres a cinco años de cárcel si es condenado por hacer falsas declaraciones.
Esta situación se produce después del reciente arresto de Oswaldo Álvarez Paz, el ex gobernador del estado Zulia, por cargos de conspiración y de realizar falsas declaraciones. Álvarez Paz había aparecido en Globovisión apoyando la afirmación de un juez español de que el gobierno de Chávez está aliado con separatistas vascos y rebeldes colombianos. También dijo que Venezuela es un centro importante de narcotráfico en Sudamérica.
Chávez ya ha privado a los venezolanos de sus derechos de propiedad y de su derecho a escuelas privadas, a poseer dólares y de libre asociación. Ahora, cuando decae su popularidad, está cerrando la puerta a la libertad de expresión.