Por Guillermo Arosemena
Guayaquil sí tuvo sus milicias como demuestra el documento reproducido a continuación, que forma parte de una lista de más de 50 páginas con nombres de oficiales del ejército de Guayaquil, mostrando la carrera militar a través de cargos y fechas. El título de la lista es Segundo Escuadrón de Milicias Disciplinadas de Guayaquil. El documento se refiere al Comandante José Matías iniciado en la carrera militar en 1808, gradualmente promovido hasta convertirse en ayudante militar del Virrey en 1819, un año antes de la Independencia de Guayaquil y al Capitán Darquea. Una parte de estas milicias debieron pasar a órdenes del Gobierno de Guayaquil, después de su Independencia y seguramente sirvieron para crear la División Protectora de Quito bajo el mando de Febres Cordero y Urdaneta, quienes fueron los primeros en iniciar la lucha por la libertad de Ecuador, mucho antes de la llegada de Sucre y su ejército.
Sobre el aporte económico de los guayaquileños a la Independencia de Guayaquil, los préstamos forzosos nunca fueron recuperados, los préstamos normales debieron convertirse en deuda interna del Gobierno Ecuatoriano, cuando Vicente Rocafuerte estando de Presidente, estableció la contabilidad del sector público. Numerosas obligaciones no fueron canceladas. En el Archivo Histórico de Guayas hay juicios de empresarios guayaquileños solicitando el pago de dineros, servicios o bienes aportados durante la Independencia de Ecuador. Frecuentemente los dueños de embarcaciones las ponían a disposición de Olmedo y Sucre para movilizar tropas. Son numerosas las cartas de Olmedo a Bolívar, San Martín, Sucre y otros, expresándoles que ya no puede exprimir más a los empresarios.
Sin el apoyo de Olmedo, Sucre no hubiera logrado la victoria en Pichincha. Siempre colaboró con él, le prestó su apoyo desde que renunció el General Valdés, antecesor de Sucre. Cuando Olmedo se enteró del cambio, el 15 de marzo de 1821, le envió la siguiente carta:
“La Junta de Gobierno de esta provincia ha visto por el oficio de Vuestra Señoría bajo el número 14, desde Popayán, que, por renuncia hecha del señor general Valdés, ha sido Vuestra Señoría encargado del mando del ejército del Sur. El Gobierno se complace al ver a la cabeza de unas tropas destinadas al laudable objeto de librar las bellas provincias de Quito de la presencia del enemigo, a un General que reúne la pericia al genio militar. Reciba Vuestra Señoría la felicitación del pueblo y gobierno de Guayaquil por un cargo que su importancia manifiesta la confianza que hace la República de los conocimientos de Vuestra Señoría”.
En carta del 3 de mayo de 1821, cuando Sucre ya había pisado tierras guayaquileñas:
“Desde el 15 del pasado empezaron a salir los trasportes que debían conducir a esta plaza de las costas del Chocó las tropas que han de obrar por esta parte contra Quito. No se ha perdonado gasto ni fatiga. La expedición va provista de todo para 1500 hombres; pero usted se ha adelantado más de lo que se esperaba; y la División que usted conduce, y usted mismo, han sufrido con gran pesar mío los males de una navegación dilatada y mal dirigida. Venga usted a descansar un poco para entrar en nuevas fatigas. El sacrificio de nuestro reposo es el menor que podemos hacer a nuestra patria[…] Cabalmente ha traído usted la dirección que habíamos señalado a la escuadrilla que va a traer las tropas de la República. Ella debe tocar en Santa Elena y desembarcar allí la gente, ya para precaver cualquier peligro inesperado hasta la embocadura del río, ya para aliviar a la tropa de las fatigas de la navegación y preservarla de algunas enfermedades, que no son raras en buques de transporte. Es muy acertada la medida de usted de hacer detener la tropa en Santa Elena, mientras a nuestra vista acordemos el punto donde debe situarse entre tanto que se abre la campaña”.
Hay abundante correspondencia de Olmedo a Sucre en la que respalda su trabajo apoyándolo con toda clase de recursos y recomendándole tomar cursos de acción para el éxito de sus campañas. Pero también hay cartas en que Olmedo se hace respetar y le hace ver que es Jefe del Gobierno de la Provincia de Guayaquil.
En conclusión, Guayaquil aportó cuantiosos recursos humanos y económicos a la Independencia de Ecuador, y Olmedo prestó invalorable ayuda a Sucre, aunque no sea del agrado de los manipuladores de nuestra historia.