Por Robert Alvarado
“Excelente cosa es una buena ley, lo mismo que una buena máquina administrativa; pero ambas resultarán sin valor si no hay hombres de grandes capacidades encargadas de ejecutarlas" - Edwin W. Kemmerer
Comienza la precampaña de la oposición para elegir a los candidatos a gobernadores, alcaldes y al puesto más soñado que tiene un político venezolano: la presidencia de la Republica. No podemos negar que el país está divido en dos corrientes políticas. Unos que desean un verdadero cambio político y otros que respaldan el continuismo del chavismo. Sabemos que muchos políticos, no solo de la oposición, desean sacar a Chávez de la presidencia a través del voto, y sabemos que la única forma conocida es la unidad de todos los factores políticos del país. Pero todo tiene un costo y no es político sino económico. Quien quiera lanzarse a esta aventura electoral debe costear las primarias, con un coste elevado que ninguno de los candidatos podrá pagar y es por eso que vimos como el precandidato de la Unidad Laboral, Pablo Medina, introdujo este lunes un amparo contra el Consejo Nacional Electoral (CNE) (http://bit.ly/u5Jq7A) por el cobro de dinero para participar en los comicios.
En uno de sus argumentos, Pablo expone que “El Poder Electoral se ha convertido en una especie de Compañía Anónima, no se explica cómo unas máquinas que pertenecen a la nación que se hayan comprado para uso electoral (…), y se esté cobrando 1 millón 200 mil bolívares por usar cada una… lo que representa un monto global de 40 ut por mesa electoral instalada durante las elecciones primarias a celebrarse el 12 de febrero de 2011. El pago de esas unidades tributarias deberán efectuarlo los candidatos y los partidos políticos que los postulen. Y el monto en cada municipio deberá ser sufragado en porcentajes iguales por los aspirantes a la presidencia de la República, gobernación y alcaldías, lo que se traduce en el pago de 1.000 millones aproximados, que no dispongo ni para hacer un pago parcial como alícuota, tal como lo establece el reglamento de primarias y que amenaza válidamente y se convierte en un daño inminente al no poder materializar la inscripción ante la Comisión Electoral de Primaria entre los días del 03 al 06 de Noviembre de 2011”.
Agrega que ello “viola directamente la Constitución en cuanto al Artículo 21 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela indica que todas las personas son iguales ante la ley; en consecuencia: 1. No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona. 2. La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva; adoptará medidas positivas a favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o vulnerables; protegerá especialmente a aquellas personas que por alguna de las condiciones antes especificadas, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan”.
Es conveniente que el marco legal garantice que todos los ciudadanos elegibles dispongan del derecho universal e igual al sufragio así como al de contender en las elecciones sin ningún tipo de discriminación. El reconocimiento formal a nivel constitucional o legislativo del derecho de los ciudadanos a votar y a pugnar por cargos públicos es común en los Estados democráticos y no sólo cumple una función sustantiva, sino que además es susceptible de generar confianza.
Es de uso en nuestra política el hecho que una vez alcanzado el cargo, la reelección se repita infinitamente háyase cumplido o no con el encargo. Lo justo y democrático es que el desempeño de dichos cargos sean por una única vez en la vida política de todo ciudadano. De este modo otros pensadores tendrían la oportunidad de demostrar sus cualidades beneficiando al país con sus experiencias y sapiencias. Sabemos que hace al derecho constitucional de todo ciudadano elegir y ser elegido, pero que dicho derecho está condicionado (implícitamente) por las cualidades y formación personal de los aspirantes que garanticen (a sí mismos como a los electores) una gestión beneficiosa al país.
Muchos políticos integrantes de la MUD vieron la actitud de Pablo Medina como desleal y desconsiderada con ellos por haber solicitado la nulidad de este proceso electoral y hasta se han atrevido a descalificarlo aduciendo que es un candidato folclorista al estilo Germán Borregales, el candidato que nunca ganó una elección popular en el país durante su vida política.
La MUD no ha dicho nada sobre Pablo Medina, hace la vista gorda. Solamente Ramón Guillermo Aveledo afirmó en el programa de televisión Alo-Ciudadano (http://bit.ly/rKLTUE) que “Los requisitos están establecidos en el reglamento. Debe ser postulado por uno o más partidos de la alianza que han suscrito el compromiso para un gobierno de unión nacional o presentarse por iniciativa propia con un número de firmas, que es un porcentaje de las firmas del padrón electoral nacional estadal o municipal y los candidatos deben contribuir”. “Las elecciones primarias son “costosas” y los candidatos deben buscar contribuciones por parte de los ciudadanos”. “Todos los precandidatos a las primarias deben colaborar con los gastos que se requieren para realizar las elecciones”. Todos estos extractos han sido sacados de la entrevista a Aveledo, y podemos observar que no dio una respuesta razonable a las peticiones del precandidato Pablo Medina.
Coincido con el Dr. José A. Martin que hizo un análisis jurídico en su artículo de opinión Pablo Medina ha colocado ante la balanza de la justicia, la participación ciudadana, a la MUD y al CNE (http://bit.ly/syecSL) ante la posibilidad de que no exista una decisión judicial por parte del TSJ cercana a la fecha de las primarias.
Que la MUD, se vea en la obligación de escoger un candidato vía “consenso”, traería aparejado el desplome de las ilusiones de las primarias y con ella la posibilidad cierta y real de tener un candidato de la oposición respaldado por la inmensa mayoría, sino uno escogido por los cogollos que siempre han permanecido en el estamento político.
¿Qué pasará con Pablo? Esa es mi pregunta para cuando el día jueves 3 de noviembre a las 12.00 m, al momento de la inscripción de Medina ante la Comisión Electoral de la Mesa de la Unidad Democrática, le pidan el cheque de gerencia para pagar la inscripción de su candidatura. La respuesta dejémosela a Teresa Albanez a quien le tocara esta papa caliente.
¡Hasta la próxima semana, Dios los bendiga!