Por John Stossel
Ideas - Libertad Digital, Madrid
Estamos en temporada electoral, por eso la gente anda de nuevo buscando héroes. ¿Será Ron Paul uno de ellos? Puede. No en vano viene librando una larga batalla en solitario por limitar el poder del Estado. El Estado no deja de crecer, y yo clamo por campeones de la libertad que le hagan frente. Ron Paul lo hace.
No obstante, es un error buscar héroes en el mundo de la política. Feo asunto. Mis héroes son gente como Milton Friedman, F. A. Hayek o Ayn Rand.
Hmmm, ¡maldita sea! ¡Están todos muertos!
Aquí les dejo los nombres de algunos campeones de la libertad a los que quizá no conozca:
– Alfred Kahn
Kahn fue un funcionario que, en tiempos de la Administración Carter, consiguió acabar con la Junta Aeronáutica Civil y la Comisión de Comercio Interestatal. Al hacer más libre el sector de los transportes, ahorró a los estadounidenses miles de millones de dólares.
Inventó una variedad de trigo que erradicó el hambre de buena parte del mundo, con lo que salvó miles de millones de vidas. Por lo mismo, criticó a los ecologistas que rechazan la modificación artificial de los alimentos, lo que podría erradicar el hambre de una vez por todas.
– Larry Flynt
El fundador de la revista Hustler hizo que el mal gusto alcanzara cotas previamente insospechadas, pero igualmente cierto es el hecho de que se jugó su propio dinero defendiendo en los tribunales la libertad de expresión. Fue, pues, un campeón de la libertad. Como lo fue también Willie Nelson, que llevó la lucha contra la prohibición del consumo de drogas a la propia azotea de la Casa Blanca, donde según parece llegó a fumarse un porro de marihuana.
El recientemente fallecido expresidente checo demostró que el decir la verdad a los totalitarios –y estar dispuesto a sufrir las consecuencias– puede ser más contundente que los tanques.
En su libro Ladies of Liberty (Damas de la libertad), John Blundell cuenta la historia de unas heroínas a las que yo apenas conocía; heroínas como Mercy Otis Warren, que desempeñó un papel destacado en la Revolución Americana, y las hermanas Grimke, que combatieron la esclavitud.
Vaya, también ellas están muertas...
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He entrevistado a algunos campeones de la libertad, como John Allison, que dirigió BB&T, el duodécimo mayor banco de América.
La mayoría de la gente no piensa en los empresarios como defensores de la libertad. Yo sí.
Con toda la razón, la gente lleva muy mal que los banqueros utilicen en provecho propio sus relaciones con el poder político. Ahora, también es cierto que la gente no suele saber muy bien a qué se dedica la banca; piensa que no hace sino quedarse con el dinero ajeno. Bien, Allison es uno de los pocos ejecutivos de primer nivel dispuestos a explicar a la gente cómo funciona la banca. "La actividad bancaria es imprescindible", me dijo. "Los bancos distribuyen el capital entre la gente que lo merece. Lo malo es cuando los bancos hacen mal su trabajo y confían el dinero a la gente equivocada".
Cuando se propusieron los rescates con dinero público, Allison se declaró en contra. "Fui el único consejero delegado de un gran banco que se opuso al TARP". Y sin embargo el Estado le forzó a aceptar el rescate, pagado con el dinero de los contribuyentes.
Me dijeron: "Mira, John, vosotros tenéis mucho más capital del que necesitáis... [pero] si no aceptáis el TARP, tendréis problemas realmente graves, porque somos nosotros los que fijamos las normas con las que has de administrar tu banco". Así que acabamos acogiéndonos al TARP (...) Para los bancos saneados fue una estafa, porque no nos hacía falta el dinero (...) y [aun así] pagamos unos intereses altísimos.
Allison ha defendido la libertad individual y la propiedad privada negándose a prestar dinero a los promotores que adquieren terrenos a través de esa confiscación estatal conocida como expropiación.
Tras el fallo del Supremo en el caso Kelo y la práctica concesión de carta blanca al Estado para tomar la propiedad de uno y concedérsela a otro, dijimos que no concederíamos préstamos a los promotores que se aprovecharan de ello. Perdimos varias cuentas de entidades públicas (...) pero miles de personas movieron sus ahorros al BB&T (...) Estamos orgullosos de movernos por principios.
Allison se convirtió en un abierto defensor de la libertad tras leer la obra de Ayn Rand Capitalismo, el ideal desconocido.
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Steve Forbes es otro empresario impaciente por explicar que cuando a la gente se le deja practicar el capitalismo, el mundo sale ganando.
"El objetivo de la actividad empresarial no es apilar dinero", me dijo, "sino generar felicidad... dando a la gente la oportunidad de descubrir su talento". "Es la mejor forma de lucha contra la pobreza en el mundo", añadió.
Desde luego, nos hacen falta más campeones de la libertad como estos.
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