Continúa el desfile de funcionarios extranjeros viniendo a imponer su “agenda de desarrollo”. Ayer fue un ministro noruego, hoy es el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que nos “recomienda” elevar los impuestos y tomar más deuda. Música para los oídos de los gobernantes de turno que salivan para que los préstamos comiencen a fluir y el “gasto social” se materialice en salud y educación. Por lo menos eso es lo que prometen. Nada que ver, las declaraciones del Sr. Moreno, presidente del BID, son, literalmente, irresponsables.
Un irresponsable es la persona “a quien no se puede exigir responsabilidad o que adopta decisiones importantes sin la debida meditación”. El Sr. Moreno es un irresponsable porque, lejos de venir a presumir que otorgará préstamos por US$1 mil 560 millones a los gobiernos de la región, debería venir a rendir cuentas a los guatemaltecos de lo que se ha hecho con los más de US$3 mil millones que ya les debemos. Riqueza que tendremos que producir con nuestro trabajo y que nos será expropiada, con intereses, para que regrese a las arcas de su institución. Llevamos décadas esperando esa elemental muestra de responsabilidad; accountability, que le dicen. Por lo que veo, seguiremos esperándola.
También es un irresponsable por venir a dar su apoyo político al reciente aumento de impuestos. Si bien es cierto que no se conoce un aumento de impuesto que el BID no haya dejado de apoyar; hacerlo sin conocer la ley es una irresponsabilidad. Para entender ese comportamiento, hay que saber que los directores del BID, los jefes del Sr. Moreno, son los ministros de Finanzas de los países que lo integran. De plano que “entre gitanos no se leen las cartas” y el apoyo a la “actualización fiscal” no solo es oficioso, sino obligado; pero no por ello, menos irresponsable. La indignación sería un poco más llevadera si el Sr. Moreno tuviese que vivir con las consecuencias del nuevo adefesio tributario que él elogia. Pero ese jamás ha sido el caso. Los burócratas internacionales sí se pueden dar el lujo de eludir las consecuencias de sus consejos; los ciudadanos chapines, no.
Para terminar de fregar la cosa, los organismos internacionales se han vuelto el refugio de nuestros fracasados “tecnócratas”. Allí es donde se rumora que aspiran a ir nuestros funcionarios de finanzas públicas. Siguiendo el ejemplo de otros que, antes de partir al “exilio dorado”, nos dejaron más impuestos, más endeudamiento y más problemas. Ahora, pretenden seguir influyendo como “expertos internacionales”.
Así que nada bueno podemos esperar de la gran reunión en Antigua Guatemala entre los ministros de Finanzas de la región y los funcionarios del BID. Unos, tratando de cumplir con las condiciones para recibir más préstamos; otros, buscando cómo desembolsar la plata lo antes posible y ambos tratando de gastarla a como dé lugar. Es similar a una repugnante escena en donde el dueño del bar promueve fiestas all you can drink entre un grupo de enfermos alcohólicos, mientras que los hijos pagan los platos rotos de semejante irresponsabilidad.