Una de las diversiones que gusta al populacho es hacer vaticinio sobre las cosas y situaciones ya ocurridas. A la gente le gusta hacer futurismo sobre los hechos pasados.
En materia de fútbol todos somos técnicos deportivos en potencia y la runfla ahora sabe lo que debió hacerse para clasificarnos e ir al mundial brasileño. Toda la población futbolera conocía y sigue opinando acerca de lo que teníamos que haber realizado, menos el señor Gerardo Pelusso. Hasta el Chiqui, y otros héroes, ahora saben el qué y el cómo hacer después de haber sido rajados.
Hace tiempo que esto ocurre en el Paraguay y en todos los estamentos. Los que son cambiados, echados, reemplazados, trasladados, jubilados y los que se retiran voluntariamente por inoperantes, corruptos, viejos, haraganes e improductivos de la función pública, son los que después más saben del cómo ser productivos, del qué hacer para conseguir progreso y del cómo desarrollar la grandeza del Paraguay.
El que iba a hacer en 5 años lo que no se hizo en 50, hoy nos habla como un experto en progreso estatal. El que por poco no trajo la guerra fratricida es hoy un perito y versado en cómo acabar con la pobreza. Con tantos hijos no reconocidos y con todo lo que se habrá llevado, su pobreza es la que acabó.
El garante de la derrota carmesí del 2008 se cree ahora artífice de la victoria republicana y pregona sin su ya encendido discurso, lo que hoy tiene que hacer un presidente del Paraguay. El que intentó la reelección está de vuelta y con cara de genio explica cómo gobernar bien después de haber hecho todo mal cuando tuvo el poder.
Está por empezar un nuevo baile y todos quieren ser los primeros en salir a la pista para iniciar el bailoteo con los cargos y puestos de vanguardia. No se conoce aún el ritmo que tendrá el país, pero muchos ya se autoproclaman eximios bailarines. Que conste que lo de “ex” está por demás ya que muchos no sobrepasan la calidad de simios.
Hace poco hasta se autocandidató el “único” experto en entidades hidroeléctricas binacionales y lo único que sabe es de actividades sociales. No sabe si el agua va o viene en una represa, pero eso no le va ni le viene y manifestó que sería un grosero error no colocarlo como director en una de las hidroeléctricas. Es otro mono que quiere entrar de upa a la hidroeléctrica sin conocer si la corriente de su casa es monofásica o no.
Me comentaron, detrás de unas decoradas bambalinas, que en la productora región del sur del país, viene eclosionando un grupo de técnicos agropecuarios que tuvo a su cargo la desconsolada muerte prematura de unas instituciones como el Centro de Desarrollo Forestal (Cedefo), el Cema (Centro de Mecanización Agrícola) y otras dependencias del Ministerio de Agricultura. El grupo también tuvo a su cargo esquilar casi toda la lana que tenía el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH). Esta fracasada gente también se cree sabedora y merecedora de hincar nuevamente sus garfios en el Ministerio de Agricultura.
Este grupo cree conocer la estratégica agropecuaria y capaz de llevar adelante el progreso productivo. Esta gente no llevó adelante al país, lo llevó por delante. El Paraguay es agrícola y ganadero y estos rubros deben cobrar altura. Un excelente ingeniero agrónomo y funcionario estatal es piloto aviador y uno de los que puede hacer volar al MAG.
El baile comienza y a algunos les tocará bailar con la más fea, otros no entrarán al baile y serán fusibles de la primera presión política que saltarán en busca de culpables. Los que pasaron por el gobierno, nada hicieron y ahora saben del cómo progresar en este país, llenaron sus bolsillos para demostrarnos que en el Paraguay es fácil progresar. Esperemos que Horacio nos salve del fiasco de los fracasados y nos proteja de la mediocridad de los que pasaron por el gobierno y ahora son los sabios y profetas del después.