Por Guillermo Arosemena Arosemena
No todas las revoluciones del bienestar son iguales; unas tienen corta vida y terminan mal; otras perduran en el tiempo. La de Mao en China suponía sacar al país de la pobreza, pero fracasó: decenas de millones murieron por la hambruna. En la de Castro, el pueblo cubano siguió el mismo camino al calvario. Fidel en su torpe búsqueda de la igualdad, destruyó la economía, llegó la escasez y prohibió a su pueblo vivir en la modernidad. La de Chávez siguió igual destino. Venezuela fue el país que más se acercó a EE.UU. en su ingreso por habitante; pero se encuentra muy mal económica, política y socialmente. La de Lula en Brasil, parecía ir en buena ruta y perduraría en el tiempo, pero da la impresión de haber fallado; la clase media se siente que ha sido marginada, hay malos servicios públicos y la corrupción ha llegado a niveles insostenibles.
Entre las revoluciones económicas que han perdurado, están: la alemana, iniciada por Ludwing Erhardt, ministro de Economía de 1949 a 1965; fue arquitecto de la extraordinaria recuperación económica de ese país después de haber quedado destruido en la II Guerra Mundial. El milagro económico japonés cuyo impacto fue superior porque el país se convirtió en la segunda economía mundial.
El asombroso surgimiento de economías asiáticas, principalmente en los llamados Tigres de Asia (Malasia, Singapur, Taiwán y Hong Kong); habiendo tenido ingresos por habitante muy inferiores a la media latinoamericana, actualmente son muy superiores en múltiplos hasta 7 veces. Chile, de haber estado en ruinas durante la administración de Allende, medio siglo más tarde, es ejemplo de país emergente; en la mayoría de los rankings-países, se encuentra delante de todos los latinoamericanos: competitividad, libertad económica, globalización, gobernabilidad, etc.
¿Por qué unas fracasan y otras no? El bienestar surge de: iniciativa privada, libertad del individuo, apoyo del Estado al sector privado, institucionalidad, políticas estables para beneficiar a todos, sector público pequeño, eficiente y honesto. ¿Cuál será el destino de la revolución ciudadana?
