Por Enrique Fernández García
Caido del Tiempo
Aquilatando mucho y pasando por encima de las acepciones obvias del término, diría lo siguiente: una sociedad es tanto más libre cuanto más capaz es de autorregularse.
Giovanni Sartori
Tal como lo sostiene Hannah Arendt, los hombres están condicionados por las cosas que ellos mismos crean. No es lo único que limita nuestra libertad, tan estimada cuanto defendible, pues la naturaleza, con sus reglas inviolables, se constituye en un cautiverio del cual resulta difícil, hasta imposible, fugarse. La gravedad, por ejemplo, nos recuerda que somos criaturas incapaces de volar, excepto cuando recurrimos a los artificios tecnológicos. Con todo, se trata de un caso distinto del que señalé al inicio, donde las fatalidades tienen todavía una causa propia. Interesa, por ende, subrayar que las invenciones humanas implican una merma de nuestra soberanía. Es el precio que trae consigo la satisfacción de diversas necesidades, incluyendo aquéllas relacionadas con el prójimo. Por lo tanto, para evitar perjuicios importantes, cabe tener cuidado al momento de explotar la imaginación.